Pemex alista recorte de 3 mil plazas de confianza, pero deja intacto al sindicato
Pemex alista el recorte de 3 mil plazas de confianza con el fin de ahorrar más de 10 mil millones de pesos. Aunque la medida busca eficientar la operación, el sindicato permanece intocable.

Petróleos Mexicanos (Pemex) finalmente ha comenzado a meter tijera en su pesada estructura administrativa, con una propuesta de reestructuración que contempla eliminar alrededor de 3 mil plazas de personal de confianza. El objetivo: ahorrar más de 10 mil millones de pesos y hacer frente a la profunda crisis financiera que arrastra desde hace años. Sin embargo, el sindicato —con sus beneficios privilegiados y poder político— permanece intocable.
De acuerdo con fuentes cercanas a la petrolera estatal, el plan busca «fortalecer funciones sustantivas» y reducir áreas duplicadas, sin recurrir a despidos masivos. La estrategia se enfoca en adelgazar los niveles medios y altos del personal administrativo, así como eliminar funciones redundantes que han contribuido al sobrecosto operativo de la empresa.
Una burocracia costosa, un sindicato intocable
Si bien se trata de un paso importante para Pemex, expertos en energía y analistas laborales señalan que el recorte deja fuera a uno de los mayores focos de gasto e ineficiencia dentro de la empresa: su sindicato. Con casi 90 mil trabajadores sindicalizados, el gremio cuenta con privilegios que van desde bonos especiales, plazas heredadas, hasta vacaciones extendidas y salarios por encima del promedio del sector energético.
“La estructura sindical es un tema políticamente sensible. Nadie quiere tocarlo por temor al costo político, especialmente en época electoral”, comentó un analista del sector que pidió el anonimato.
Esta protección al sindicato se mantiene incluso en momentos donde la deuda de Pemex ronda los 105 mil millones de dólares, lo que la convierte en la empresa petrolera más endeudada del mundo. A pesar de ello, el gobierno federal ha optado por continuar respaldando financieramente a la paraestatal, con rescates fiscales y subsidios, en lugar de promover una reforma estructural profunda.
Rediseño administrativo en marcha
La propuesta de reestructuración que circula internamente en Pemex contempla eliminar funciones de soporte que hoy se encuentran duplicadas entre las oficinas centrales y las subsidiarias. También se revisarán áreas consideradas “estratégicas” para garantizar que estén alineadas con los objetivos operativos de la empresa.
Mas que despidos, buscamos reasignaciones y eficiencia. Es un rediseño organizacional para que Pemex sea más competitivo y menos burocrático.
Sin embargo, algunos trabajadores temen que el ajuste abra la puerta a despidos paulatinos disfrazados de reubicaciones o jubilaciones forzadas, como ha ocurrido en reestructuraciones pasadas.
¿Austeridad real o simulada?
El recorte de plazas de confianza se enmarca dentro de la política de “austeridad republicana” impulsada desde el gobierno federal. No obstante, el hecho de que el sindicato quede fuera de cualquier revisión pone en duda la profundidad del cambio.
Organizaciones ciudadanas y expertos han insistido en la necesidad de revisar integralmente el contrato colectivo del sindicato petrolero, no solo por el gasto que representa, sino por las prácticas poco transparentes que han sido señaladas durante décadas.
Mientras tanto, Pemex sigue caminando sobre una cuerda floja financiera, tratando de mantenerse a flote con ajustes parciales que podrían no ser suficientes para garantizar su viabilidad a largo plazo.