Gentrificación rumbo al Mundial 2026: el boom turístico presiona las rentas en CDMX, Guadalajara y Monterrey

El Mundial de 2026 atrae millones de turistas, pero también acelera la gentrificación en zonas cercanas a estadios, elevando rentas y desplazando inquilinos.

Adolfo Flores · Hace 6 horas
Propiedades cercanas al Estadio Azteca ya reflejan el impacto del Mundial 2026 con aumentos de renta y auge de Airbnb que desplaza a residentes.

La expectativa por el Mundial de Fútbol 2026 no solo enciende la pasión deportiva en México, sino también las alertas en el mercado inmobiliario. Con una estimación de 5.5 millones de turistas internacionales que arribarán al país durante el torneo, las ciudades sede —Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey— ya comienzan a sentir el impacto en sectores como la vivienda, el transporte y los servicios urbanos.

En la capital del país, zonas cercanas al Estadio Azteca como Coyoacán, Tlalpan y Xochimilco han registrado un aumento sostenido en los precios de renta desde principios de este año. La razón principal: el crecimiento acelerado de alquileres temporales a través de plataformas como Airbnb, impulsado por propietarios que buscan capitalizar al máximo la demanda durante el torneo.

Alza de rentas y presión inmobiliaria

De acuerdo con datos del sector, las rentas en zonas cercanas a sedes mundialistas han aumentado entre 15% y 30% en lo que va del año, superando incluso los niveles de inflación. Este fenómeno no es exclusivo de la Ciudad de México. En Guadalajara, zonas como Zapopan y Providencia experimentan una tendencia similar, mientras que en Monterrey, la zona sur y San Pedro Garza García registran alzas de hasta el 40%.

El crecimiento de las rentas de corto plazo también genera tensiones sociales. Organizaciones vecinales y urbanistas advierten que los inquilinos de largo plazo corren el riesgo de ser desplazados, ya que muchos propietarios han comenzado a cancelar contratos tradicionales para reconvertir sus viviendas en alojamientos temporales más rentables durante la Copa del Mundo.

La situación no es nueva. En ediciones anteriores como el Mundial de Brasil 2014 o Qatar 2022, se registraron fenómenos similares de especulación inmobiliaria, gentrificación acelerada y aumento del costo de vida en las zonas aledañas a estadios y fan zones.

En algunos casos, como en Río de Janeiro, los efectos fueron tan profundos que persistieron varios años después del evento, generando desigualdad territorial y conflictos entre residentes y autoridades.

¿Qué está haciendo el gobierno?

En respuesta, las autoridades mexicanas han prometido una serie de medidas:

  • Regulación a plataformas como Airbnb para limitar la saturación del mercado de rentas temporales.
  • Mejoras en infraestructura urbana, transporte y seguridad en las zonas aledañas a los estadios.
  • Inversión en vivienda social y programas de protección a inquilinos vulnerables.

No obstante, urbanistas y expertos en política de vivienda consideran que estas acciones han sido insuficientes o tardías. En particular, señalan que aún no existe un marco regulatorio unificado a nivel nacional que limite la proliferación descontrolada de alquileres turísticos.

El principal reto es equilibrar los beneficios económicos del Mundial con los derechos de los habitantes locales. Si bien el turismo internacional dejará una derrama millonaria, existe el riesgo de que estos beneficios se concentren en manos de pocos —propietarios con varias propiedades, desarrolladores y plataformas digitales— mientras los habitantes históricos de barrios tradicionales enfrentan encarecimiento y desarraigo.

“El Mundial no puede convertirse en una excusa para desplazar a las comunidades”, advirtió una vocera del Colectivo Vivienda Digna, con presencia en Coyoacán. “El legado del evento debe ser infraestructura, inversión social y regulación, no despojo”.

México se prepara para ser el epicentro del fútbol mundial en 2026, pero también debe prepararse para gestionar las consecuencias urbanas de ser anfitrión. La euforia del balón no debe opacar una realidad: la vivienda es un derecho, no un negocio temporal. Las decisiones que se tomen en los próximos meses definirán si el Mundial será un triunfo colectivo o una oportunidad perdida.

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