Trump y Netanyahu planean desplazar a palestinos tras posible alto al fuego en Gaza

Trump y Netanyahu buscan desplazar a palestinos fuera de Gaza como parte de un plan tras un posible alto al fuego. La propuesta ha generado fuertes críticas.

Adolfo Flores · Hace 10 horas
Trump y Netanyahu proponen reubicar a palestinos fuera de Gaza

En medio de nuevas negociaciones para alcanzar un alto al fuego temporal de 60 días en la Franja de Gaza, el presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu han reavivado la polémica al revelar conversaciones en torno a un plan que buscaría reubicar a la población palestina fuera del enclave, una medida que ha sido calificada por expertos y organizaciones internacionales como un posible acto de limpieza étnica.

Durante una cena oficial celebrada el pasado 7 de julio en la Casa Blanca —evento que ha causado conmoción por la presencia destacada de figuras de la derecha internacional—, Netanyahu afirmó que están en conversaciones “muy avanzadas” con varios países que estarían dispuestos a cooperar con la reubicación de palestinos.

“Estamos trabajando muy de cerca con Estados Unidos para encontrar países que estén dispuestos a hacer realidad lo que siempre dicen: que quieren dar a los palestinos un futuro mejor. Creo que estamos cerca de lograrlo con varios países”, declaró Netanyahu, sin revelar públicamente qué naciones estarían involucradas.

Una estrategia con antecedentes y una controversia creciente

La propuesta de reubicación no es nueva. Desde que Donald Trump recuperó influencia política en 2024 tras su regreso a la arena electoral, ha sugerido públicamente que la Franja de Gaza —devastada por años de bloqueos, bombardeos e intervenciones militares— debería ser transformada en una zona «segura, próspera y libre de terrorismo». Pero sus declaraciones han sido todo menos diplomáticas.

En 2023, ya había causado revuelo al proponer que Estados Unidos tomara control de Gaza como una “zona internacional administrada por aliados de confianza”. En los últimos días, Trump fue aún más provocador al compartir en sus redes sociales videos generados con inteligencia artificial (IA) en los que aparece convirtiendo Gaza en un resort de lujo, con rascacielos, hoteles cinco estrellas y una enorme estatua suya, acompañado de Netanyahu. En los clips, se muestra una supuesta “transformación” del territorio, mientras se omite por completo la presencia de su población nativa.

El material fue duramente criticado por usuarios, analistas y organizaciones de derechos humanos, que lo consideran no solo ofensivo, sino una banalización del sufrimiento de millones de palestinos y una forma de propaganda colonialista en pleno siglo XXI.

Reacciones internacionales: ¿una limpieza étnica encubierta?

La propuesta de desplazar a la población palestina ha sido interpretada por muchas voces como una violación directa al Derecho Internacional Humanitario. De acuerdo con la Cuarta Convención de Ginebra, el desplazamiento forzado de población civil bajo ocupación militar está estrictamente prohibido y puede constituir un crimen de guerra.

Human Rights Watch, Amnistía Internacional y la Oficina de Derechos Humanos de la ONU han advertido que cualquier intento de “solución” que implique la expulsión de la población gazatí sería equivalente a una limpieza étnica moderna, y han instado a la comunidad internacional a pronunciarse.

“La idea de vaciar Gaza para construir un paraíso artificial para intereses políticos o comerciales es inaceptable. El futuro de Palestina debe ser determinado por los palestinos, no por simulaciones generadas con IA desde Washington o Tel Aviv”, dijo en un comunicado el analista de Oriente Medio, Rashid Khalidi.

El anuncio del posible alto al fuego de 60 días surge tras meses de intensas hostilidades entre Israel y grupos armados en Gaza, en los que más de 10,000 civiles han muerto, según cifras de la ONU. Sin embargo, la negociación —liderada por Estados Unidos y mediada por Egipto y Catar— ha sido criticada por dejar fuera a la representación palestina y condicionar la pausa militar a la salida parcial de la población del enclave.

Para muchos observadores internacionales, esta estrategia podría sentar un precedente peligroso: condicionar la paz a la eliminación física o geográfica del otro. En otras palabras, cambiar balas por desplazamientos masivos.

La retórica empleada por Trump y Netanyahu apunta a una visión empresarial del conflicto: transformar Gaza en un nuevo polo económico bajo control externo, mientras se desplaza a millones de personas a terceros países. El silencio de parte de la comunidad internacional, particularmente de países árabes con los que Israel ha normalizado relaciones en años recientes, levanta interrogantes sobre hasta qué punto esta propuesta podría ser viable.

La pregunta clave permanece: ¿qué países están dispuestos a aceptar a millones de palestinos expulsados, y a qué costo?

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