5 formas de jugar (sin pantallas) este verano
Te compartimos cinco ideas para recuperar el juego libre y auténtico durante este verano:
Hay un verano que todos recordamos con especial cariño: esos días en casa donde el tiempo parecía detenerse, sin tareas, sin prisas y sin pantallas. Donde el juego era libre, espontáneo, una invitación a dejar volar la imaginación y disfrutar momentos que aún hoy permanecen en nuestra memoria.
En la realidad actual, rodeados de dispositivos que llaman la atención a cada instante y con agendas llenas, crear ese espacio para el juego auténtico se ha vuelto un desafío. Sin embargo, el verano se presenta como una oportunidad única para frenar un poco ese ritmo, para que los niños experimenten el placer de jugar sin pantallas y descubran la magia del juego creativo.
En este contexto, marcas como Juguetron, que llevan años acompañando el juego en muchas casas, ofrecen una gran variedad de opciones que incentivan la imaginación y la diversión más allá de la tecnología, ayudando a que esas experiencias vuelvan a ser parte del día a día.
Volver a jugar —de verdad— no necesita grandes planes ni dispositivos, solo tiempo, intención y ganas de crear momentos memorables. Aquí te compartimos cinco ideas para recuperar el juego libre y auténtico durante este verano:
1. Dale vuelta al clásico: tarde de juegos de mesa
Pocas cosas unen tanto como un tablero, unos dados y ganas de reír. Los juegos de mesa no solo entretienen: enseñan a esperar turnos, negociar, trabajar en equipo y hasta resolver conflictos. Armar una tarde con palomitas, bebidas frías y un buen juego puede convertirse en el plan más simple y exitoso del verano.
Y si quieres llevarlo al siguiente nivel: organiza una “liga de juegos” familiar con rondas semanales.
2. Crear mundos desde cero (y con lo que tengas a la mano)
Una caja llena de figuras de acción, muñecos o dinosaurios puede convertirse en la mejor herramienta creativa.
Los niños pueden inventar historias, construir escenarios y hasta representar pequeñas obras de teatro. Este tipo de juego simbólico potencia el lenguaje, la empatía y la narrativa.
Además, es una gran forma de observar cómo piensan e interpretan el mundo los más pequeños.
3. Jugar en movimiento: juguetes que invitan a moverse
El verano también es el mejor momento para soltar energía, correr, lanzar, saltar y mover el cuerpo. Desde pistolas de agua, pelotas, frisbees o pistas de carros hasta juguetes con control remoto, hay muchísimas opciones que combinan el juego activo con la emoción.
Este tipo de juguetes ayuda a mejorar la coordinación, la concentración y, sobre todo, a desconectarse. Una excelente manera de hacer del juego físico una rutina de todos los días.
4. Construir algo juntos
Jugar con bloques, piezas encajables o sets de construcción es casi terapéutico. Invita a trabajar la paciencia, la lógica y la creatividad.
Pueden inventar una ciudad, un castillo o simplemente una torre que desafíe la gravedad. Lo mejor de este tipo de juego es que no tiene reglas: solo intención y ganas de crear.
5. Armar tu rincón de colección
Muchos juguetes no solo están hechos para jugar: también inspiran a coleccionar, organizar y compartir. Ya sea con figuras coleccionables, autos, personajes de películas o ediciones especiales, este tipo de juego invita a observar, comparar y cuidar.
Además de ser una actividad divertida, desarrollar una colección les da a los niños sentido de logro y pertenencia, y puede convertirse en una tradición que crece con el tiempo.
