¿Cómo se validan los contratos digitales?
Para que un contrato digital tenga validez y seguridad jurídica, es indispensable utilizar los canales y herramientas adecuadas.
La digitalización ha transformado profundamente el funcionamiento de las empresas, y el sector legal se presenta como uno de los sectores con mayor potencial de transformación. En este escenario, los contratos digitales han surgido como una herramienta fundamental, ya que no solo permiten agilizar trámites y optimizar la gestión del tiempo, sino que también ofrecen un elevado nivel de seguridad jurídica, siempre y cuando sean implementados de manera adecuada.
Este tema fue abordado en el panel “Contratos digitales: El futuro legal en México”, un evento privado organizado por Urdaten y dirigido a especialistas del ámbito jurídico. El encuentro reunió a tres expertos en derecho, tecnología y protección de datos: Alejandro Leal, Managing Partner en América Legal; Pablo Morales, Head of Legal en InSwitch; y Lorena Navarro, Vicecoordinadora del Comité de Derecho Digital & Privacidad en ANADE, quienes compartieron su visión sobre la evolución de los contratos en entornos digitales.
Durante la conversación se dejó claro que los contratos digitales sí tienen validez legal en México, siempre que cumplan con los lineamientos establecidos en el Código de Comercio, el Código Civil Federal, la Ley Federal del Trabajo, entre otros marcos normativos. También se enfatizó que, cuando están bien estructurados, estos contratos pueden ofrecer mayor trazabilidad, control y protección que los contratos físicos.
Es importante destacar que firmar digitalmente no es solo adjuntar una firma escaneada. Para que un contrato digital tenga validez y seguridad jurídica, es indispensable utilizar los canales y herramientas adecuadas, sólo de esta forma nos aseguramos de que se cumplan una serie de requisitos técnicos y legales. Entre los principales mecanismos que garantizan esa certeza se encuentran:
- Firma electrónica avanzada: sustituye legalmente a la firma autógrafa, y se vincula de manera única con la persona firmante.
- Trazabilidad del consentimiento: cada paso del proceso queda registrado digitalmente, desde la aceptación de términos hasta la validación de identidad.
- Sello de tiempo (timestamp): indica con precisión la fecha y hora en que se firmó el documento, evitando manipulaciones posteriores.
- Geolocalización: registra la ubicación desde la que se firma, agregando una capa adicional de verificación.
- Prueba de vida y registro en video: permite verificar que la persona que firma es quien dice ser, a través de video o gestos capturados durante el proceso.
- Verificación de identidad y listas negras: se integran procesos que cruzan datos con registros oficiales como el padrón del INE o listas como las del SAT, la DEA y la Interpol.
- Cifrado y huella digital del documento (hash): cada archivo firmado genera un código único. Si se modifica el documento, el hash se rompe, lo que permite detectar alteraciones.
- Repositorios digitales seguros: garantizan que el documento permanece inalterado y disponible para consulta, auditoría o uso legal posterior.
En el evento también se discutió el uso de tecnologías como blockchain para reforzar la integridad de los documentos, al registrar cada transacción en bloques inalterables que actúan como evidencia técnica con valor probatorio.
Si bien persiste cierta resistencia al cambio, los panelistas coincidieron en que es un tema que hay que abordar desde la cultura corporativa, pues la seguridad jurídica en entornos digitales es posible y alcanzable, siempre que se cumplan con las normativas aplicables y se utilicen herramientas como Urdaten que respalden todo el proceso de manera profesional.