La ciudad pionera

La Vasconia, fundada en 1870, es la panadería más antigua de la capital, donde tradición y memoria aún se hornean en cada pieza de pan.

Rodrigo Historias Chidas ·  25 DE SEPTIEMBRE DE 2025
La Vasconia, fundada en 1870, es la panadería más antigua de la capital, donde tradición y memoria aún se hornean en cada pieza de pan.

En la Ciudad de México los “primeros” no siempre son recordados pero los herederos de su oficio siguen despachando, imprimiendo, cosiendo, oliendo a pan y a colonia. Basta caminar el Centro para escuchar cómo los oficios, los que abrieron brecha, todavía dictan el pulso de la calle.

Para entenderlo conviene empezar por el primer gran “primer” de nuestra historia urbana: la imprenta. En 1539, el impresor italiano Juan Paoli instaló la Primera Imprenta de América en la entonces Casa de las Campanas, en la esquina de Moneda y Licenciado Verdad. Desde ahí se imprimieron los primeros libros del virreinato y se inauguró un hilo que nos recorre hasta hoy: ciudad que imprime, ciudad que se piensa. La propia UAM y fuentes académicas del INAH sitúan con precisión el sitio y la fecha de aquel arranque editorial.

Siglos después, otro “primerísimo” cotidiano: el pan. Entre las casas de pan que sobrevivieron a modas, guerras y terremotos está La Vasconia, fundada en 1870 y considerada la panadería con mayor trayectoria en la capital. Lo dice la Cámara del ramo y lo repiten las crónicas recientes: cuando el barrio aún olía a horno de leña, Vasconia ya sacaba charolas a la banqueta.

Si el pan nos lleva a la memoria, el olor completa la escena. La calle Tacuba fue, desde finales del XIX, “la calle de los perfumes”: boticas, perfumerías y laboratorios poblaron sus portales. Hoy, en Tacuba 12, el Museo del Perfume (MUPE) cuenta esa historia de nariz y ciudad, un museo alojado en casona porfiriana, dedicado a conservar el oficio y su cultura olfativa. No es “la primera perfumería” (sería simplificar), pero sí la primera gran casa que guarda y exhibe ese linaje en el propio corredor donde nació.

La ciudad pionera también supo de “primeras” que no fueron dulces. En la Nueva España, la Real Cárcel de Corte o la cárcel de la Audiencia operó en el Palacio Virreinal (hoy Palacio Nacional). Las investigaciones del Colmex y estudios jurídicos de la UNAM describen su funcionamiento, su personal y su planta: una institución clave de la justicia virreinal, tan presente en los papeles como en la vida diaria del zócalo. Más tarde llegarían Belén y, ya en el siglo XX, Lecumberrí, pero el primer aparato carcelario de la capital se forjó a unas puertas de la plaza mayor.

Y si de oficios pioneros hablamos, hay un “primero” entrañable que sobrevive frente a la Academia de San Carlos: la primera corbatería del país. Corbatas Eleka nació en 1932, primero en Moneda y, desde hace décadas, en Academia 21-B. Aquí no venden “accesorios”, confeccionan corbatas como se hacían cuando la ciudad aprendía a mirar al mundo por la solapa. La propia firma conserva su historia (y su taller) y se presenta, con justicia, como la primera corbatería de México. Si uno quiere ver el arte textil resistir, aquí la encuentras con aguja, hilo y telas de estación.

No es casual que estos “primeros” convivan a pocas cuadras entre sí. El Centro fue laboratorio: ahí se montó la imprenta, se amasó el pan de cada día, se destilaron perfumes, se organizaron cárceles y se anudó la elegancia de corbatín. La ciudad que hoy caminamos, entre cafeterías nuevas y fachadas restauradas, sigue hecha de oficios fundacionales que moldearon su manera de leer, comer, oler, castigar y vestir.

Tal vez por eso, cuando septiembre nos pone patrióticos, conviene levantar la vista de los héroes de bronce y mirar los héroes de mostrador: las panaderas que a las cuatro ya hornearon la concha; los perfumistas que embotellan memoria; los tipógrafos que pelean por cada mancha de tinta y los corbateros que cortan al bies para que el nudo caiga perfecto. Ellos sostienen día tras día la promesa de una ciudad pionera: un lugar donde los primeros no se conservan en vitrinas, se usan.

¡Sígueme para más Historias Chidas!

Rodrigo Historias Chidas

Instagram @rodrigohistoriaschidas  

Facebook @historias chidas

Tiktok @historiaschidxs

Te puede interesar

República de Guatemala: una calle con varias ciudades dentro


QUIZÁS PODRÍA INTERESARTE