Velocidad, causa del accidente de pipa en Iztapalapa

Se reveló que el chofer de la pipa había conducido por más de 16 horas en las 24 previas al siniestro, lo que violó las normas de descanso y seguridad.

Braulio Reyes ·  11 DE OCTUBRE DE 2025
Este trágico hecho ha reabierto el debate sobre la seguridad vial. Foto: X

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) confirmó que el accidente ocurrido el 10 de septiembre de 2025 en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, se debió al exceso de velocidad y la falta de pericia del conductor de la pipa que transportaba gas LP. El siniestro provocó una explosión que dejó más de 30 personas fallecidas y decenas de heridos.

De acuerdo con los peritajes oficiales, el operador de la pipa ingresó a una curva a 44 kilómetros por hora, superando el límite de 40 km/h establecido para ese tramo. Los análisis determinaron que el vehículo no tenía fallas mecánicas y que la vía estaba en condiciones adecuadas, lo que permitió concluir que la negligencia al conducir fue la causa principal del accidente.

Además, se reveló que el chofer había conducido por más de 16 horas en las 24 previas al siniestro, lo que violó las normas de descanso y seguridad establecidas para el transporte de materiales peligrosos.

La explosión generó una onda expansiva que afectó viviendas, automóviles y estructuras cercanas. Las llamas se propagaron rápidamente, cobrando la vida de más de 30 personas, entre ellas residentes y automovilistas que transitaban por la zona.

Decenas de lesionados fueron trasladados a distintos hospitales, mientras que cuerpos de emergencia trabajaron durante horas para controlar el fuego y rescatar a las víctimas atrapadas entre los escombros.

La Fiscalía capitalina continúa con las indagatorias para determinar responsabilidades penales y posibles omisiones en la empresa transportista. Por su parte, el Gobierno de la CDMX anunció que revisará los protocolos de seguridad, así como las rutas y permisos otorgados a vehículos que trasladan combustibles y gases.

Este trágico hecho ha reabierto el debate sobre la seguridad vial, el control de horarios de los conductores y la vigilancia de unidades que manejan materiales inflamables.
La imprudencia al volante y la falta de regulación efectiva se han convertido en un riesgo latente para la ciudadanía, evidenciando la necesidad de reforzar la prevención para evitar nuevas tragedias.

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