“No Kings” en EE. UU.: millones alzan la voz contra el autoritarismo

El movimiento “No Kings” surge como reacción a lo que muchos ciudadanos perciben como tendencias autoritarias en la administración Trump,

Braulio Reyes · Hace 14 horas
La mayoría de las movilizaciones se llevaron a cabo de manera pacífica. Foto: X

El 18 de octubre de 2025, Estados Unidos vivió una jornada histórica de movilizaciones bajo el lema “No Kings”, con más de 7 millones de personas participando en alrededor de 2,600 manifestaciones en todo el país. La protesta, impulsada por más de 200 organizaciones progresistas, buscó frenar lo que los manifestantes consideran un avance autoritario del presidente Donald Trump y la vulneración de derechos fundamentales.

Ciudades como Chicago, Filadelfia, Washington D.C. y Kansas City se convirtieron en escenarios de grandes concentraciones. En Chicago, cientos de miles exigieron al gobierno federal retirar la Guardia Nacional desplegada en la ciudad; en Filadelfia, las calles se llenaron de pancartas que criticaban políticas presidenciales; mientras que en Washington D.C., las protestas reflejaron un rechazo contundente a las decisiones del mandatario republicano.

El movimiento “No Kings” surge como reacción a lo que muchos ciudadanos perciben como tendencias autoritarias en la administración Trump, incluyendo la represión de la prensa, ataques a los derechos reproductivos y la militarización de áreas urbanas. Su lema completo, “No Thrones, No Crowns, No Kings” (Sin tronos, sin coronas, sin reyes), simboliza el rechazo a cualquier concentración excesiva de poder en una democracia.

La mayoría de las movilizaciones se llevaron a cabo de manera pacífica. No obstante, en Portland y Los Ángeles se registraron enfrentamientos aislados con fuerzas del orden. La administración Trump calificó estas manifestaciones como “antiestadounidenses” y reforzó la presencia de la Guardia Nacional, mientras que líderes demócratas y organizaciones de derechos civiles defendieron el derecho a la protesta pacífica.

Estas marchas evidencian la preocupación de la sociedad estadounidense frente a la concentración de poder y la posible erosión de instituciones democráticas. A pocos meses de las elecciones presidenciales de 2026, las movilizaciones podrían influir en la opinión pública y en el rumbo político del país.

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