México y Estados Unidos avanzan 90% en negociaciones arancelarias
México y Estados Unidos alcanzan un 90 % de avance en negociaciones arancelarias que definirán el rumbo comercial del T-MEC.

Las negociaciones entre México y Estados Unidos sobre aranceles comerciales se encuentran en su fase final, con un avance estimado del 90 %. Ambos gobiernos planean concluir los últimos puntos durante la próxima cumbre de la APEC, que se celebrará a finales de octubre en Corea del Sur.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, explicó que las conversaciones buscan asegurar estabilidad en las exportaciones mexicanas y prevenir nuevos aumentos arancelarios. El funcionario detalló que el diálogo con la administración estadounidense incluye más de 80 reuniones técnicas y políticas desde julio.
México y Estados Unidos buscan mantener la esencia del T-MEC, aunque con ajustes que fortalezcan la competitividad regional y respondan a las presiones arancelarias impuestas por Washington. La meta es lograr un entendimiento que proteja el flujo comercial y preserve las cadenas de suministro que conectan a ambos países.
El contexto actual responde a la decisión del gobierno estadounidense de aplicar tarifas del 30 % a las importaciones mexicanas a partir del 1 de agosto. Ese anuncio generó una reacción inmediata del gobierno mexicano, que consiguió una prórroga de 90 días para negociar una salida diplomática.
Desde entonces, los equipos de ambos países trabajan en un plan de equilibrio que permita reducir los riesgos para la industria automotriz, el acero, el aluminio y otros sectores estratégicos. México busca mantener su posición como socio comercial preferente, mientras Estados Unidos intenta garantizar una producción regional más controlada.
Ebrard afirmó que México no cederá en los puntos que comprometan la soberanía productiva del país, pero sí impulsará una cooperación que refuerce la integración tecnológica y energética. Según el secretario, el enfoque de la administración de Claudia Sheinbaum es asegurar una “posición relativa mejor” frente a los principales socios globales.
Las conversaciones también abordan los cambios futuros del T-MEC, cuya revisión formal está programada para julio de 2026. México considera que el tratado debe conservar su formato trilateral y evitar fragmentaciones que debiliten su estructura actual.
Para Estados Unidos, resolver este proceso antes de la revisión del T-MEC reduce tensiones en un contexto electoral y mantiene el equilibrio en las cadenas de producción compartidas con México y Canadá. El comercio bilateral supera los 850 mil millones de dólares anuales, y cualquier modificación puede alterar sectores clave como el automotriz, el agroalimentario y el tecnológico.
Durante las próximas reuniones en APEC, ambos países buscarán definir los términos de los aranceles aplicables a ciertos productos industriales. El objetivo principal será evitar incrementos súbitos que perjudiquen la inversión y encarezcan las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos.
Los empresarios mexicanos mantienen expectativas positivas ante el avance de las negociaciones. Organismos como el Consejo Coordinador Empresarial y la Concamin consideran que un acuerdo sólido podría fortalecer la confianza de inversionistas extranjeros y garantizar estabilidad para el nearshoring.
Aun así, el escenario no está completamente cerrado. Los equipos técnicos continúan revisando sectores sensibles y posibles ajustes en las reglas de origen. Los resultados que se obtengan en Corea del Sur marcarán el tono de la relación comercial para los próximos años.
Si las conversaciones logran un cierre exitoso en APEC, México consolidará su papel como socio estratégico de Estados Unidos y reforzará su posición como plataforma de exportación e innovación tecnológica en América del Norte.
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