El sencillo hábito que fortalece el cuerpo
Más allá de la estética, una postura erguida es una herramienta de bienestar que fortalece el cuerpo.
Adoptar una postura erguida a lo largo del día puede marcar una gran diferencia en la salud corporal. De acuerdo con especialistas en fisioterapia y estudios recientes, este hábito simple —pero constante— ayuda a fortalecer los músculos, mejorar el equilibrio y prevenir dolores articulares y de espalda.
¿Por qué mantener una buena postura es tan importante?
Los fisioterapeutas explican que una alineación corporal correcta —con la espalda recta, el peso distribuido entre ambos pies y la cabeza erguida— optimiza el funcionamiento muscular y articular.
Entre sus principales beneficios destacan:
- Favorece la estabilidad corporal y el trabajo equilibrado de los músculos.
- Reduce la presión en articulaciones y ligamentos, evitando lesiones por sobrecarga.
- Mejora el rendimiento físico y la movilidad en actividades diarias.
- Disminuye molestias frecuentes en la espalda baja, el cuello y los hombros.
Cómo integrarla en tu rutina diaria
No se necesita ningún equipo especial ni horas de entrenamiento. Los expertos recomiendan aplicar pequeños ajustes en la rutina:
- Al sentarte o pararte, alinea tus oídos, hombros y caderas.
- Si trabajas frente a una computadora, ajusta la altura de la pantalla y usa soporte lumbar.
- Al caminar, evita encorvarte, mantén la mirada al frente y apoya toda la planta del pie.
- Configura una alarma de postura cada hora para recordarte enderezar la espalda.
- Realiza microejercicios: lleva los omóplatos hacia atrás y sostén unos segundos, o aprieta los glúteos brevemente mientras estás de pie.
¿Quiénes se benefician más?
Mantener una postura erguida es útil para todos, pero especialmente para:
- Personas que pasan largas jornadas sentadas frente al escritorio.
- Adultos mayores que buscan conservar su movilidad y fuerza muscular.
- Trabajadores que realizan tareas físicas repetitivas o de carga.
- Cualquier persona que quiera cuidar su cuerpo sin rutinas intensas.
Un hábito pequeño, un gran impacto
Más allá de la estética, una postura erguida es una herramienta de bienestar que fortalece el cuerpo. Contribuye a fortalecer el cuerpo, prevenir molestias musculares y mejorar la calidad de vida.
Solo requiere consciencia y constancia: prestar atención a cómo te sostienes puede ser el primer paso hacia un cuerpo más fuerte, equilibrado y sin dolor.
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