Ultiman a Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, durante Festival

La muerte de Carlos Manzo representa un duro golpe a la gobernabilidad en Michoacán y evidencia la fragilidad del Estado frente al narcotráfico.

Braulio Reyes ·  02 DE NOVIEMBRE DE 2025
Carlos Manzo había mantenido una postura firme contra el crimen organizado. Foto: X

El alcalde independiente de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo Rodríguez, fue asesinado a balazos la noche del sábado 1 de noviembre de 2025 mientras inauguraba el tradicional Festival de Velas en el centro histórico de la ciudad. El hecho desató pánico entre los asistentes y una fuerte movilización policial en la zona.

El ataque frente al público

De acuerdo con los primeros reportes, Manzo se encontraba en la explanada de la plaza principal cuando un sujeto armado abrió fuego contra él y su equipo de trabajo.
El ataque dejó dos personas detenidas y uno de los agresores abatido en el lugar.
También resultó herido el regidor de Obras Públicas, Víctor Hugo de la Cruz Saucedo, conocido como “Víctor Saladitas”, quien fue trasladado a un hospital, donde se reporta estable.

Un alcalde que enfrentó al crimen

Carlos Manzo había mantenido una postura firme contra el crimen organizado, en especial contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Desde que asumió el cargo en septiembre de 2024, impulsó operativos de seguridad y pidió apoyo del Gobierno Federal ante las amenazas que recibía constantemente.
Su asesinato confirma los altos riesgos que enfrentan los funcionarios municipales en regiones dominadas por la violencia, como Michoacán, donde varios alcaldes han sido víctimas de ataques similares en los últimos años.

Reacciones y consecuencias

El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, condenó el crimen y ordenó el despliegue de fuerzas federales y estatales para reforzar la seguridad en Uruapan.
Las autoridades ya iniciaron las investigaciones para determinar quién ordenó o financió el ataque, con el objetivo de desarticular posibles redes de poder criminal detrás del homicidio.
Este atentado reaviva el debate sobre la crisis de seguridad y violencia política que afecta a México, donde alcaldes y servidores públicos continúan siendo blancos de los grupos armados.

Un crimen que sacude al país

La muerte de Carlos Manzo representa un duro golpe a la gobernabilidad en Michoacán y evidencia la fragilidad del Estado frente al narcotráfico.
El alcalde, reconocido por su carácter desafiante y su discurso contra la impunidad, se convirtió en símbolo de los riesgos que asumen los líderes locales al enfrentarse al crimen organizado.
Ahora, la exigencia ciudadana y política es clara: que su asesinato no quede impune y se garantice justicia para uno de los pocos alcaldes que se atrevieron a desafiar abiertamente al poder criminal en la región.

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