La verdad sobre el fin del petróleo: realidad, negocio o manipulación

El petróleo no es infinito, pero tampoco se agotará de la noche a la mañana. Lo que sí es cierto es que el discurso sobre su escasez ha sido, en ocasiones, manipulado para proteger intereses económicos.

JLR · Hace 11 minutos
Más allá de los mitos y estrategias corporativas, el futuro energético del planeta dependerá de nuestra capacidad para innovar y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Durante décadas, el petróleo ha sido el motor que mueve la economía mundial. Sin embargo, existe un debate constante sobre si realmente este recurso puede agotarse o si la idea de su escasez ha sido exagerada por intereses económicos.

Algunos sostienen que el petróleo es prácticamente inagotable gracias a nuevos descubrimientos y tecnologías de extracción; otros afirman que esta visión es un mito promovido por las grandes corporaciones para mantener altos sus precios y su poder en el mercado global.

En primer lugar, es importante recordar que el petróleo es un recurso no renovable, es decir, se forma en la Tierra a lo largo de millones de años a partir de restos orgánicos sometidos a altas presiones y temperaturas. Por lo tanto, su cantidad es limitada.

Aunque en las últimas décadas se han encontrado nuevos yacimientos y desarrollado técnicas como el fracking o la perforación en aguas profundas, estas reservas también tienen un límite y son cada vez más costosas y difíciles de explotar.

Por otro lado, algunos expertos sostienen que la narrativa de la “escasez del petróleo” ha sido utilizada por grandes corporaciones y países productores como una herramienta de control económico. Al difundir la idea de que el petróleo está por agotarse, pueden justificar aumentos en los precios o mantenerlos artificialmente altos.

De esta manera, la percepción de un recurso “en peligro de extinción” genera miedo en los mercados y aumenta el valor del crudo, beneficiando a quienes lo comercializan.

Sin embargo, también hay que reconocer que el problema no es solo cuánto petróleo queda, sino qué tan sostenible es seguir dependiendo de él. La extracción y el uso del petróleo provocan contaminación, emisiones de gases de efecto invernadero y daños ambientales graves.

Por esta razón, muchos países están impulsando una transición hacia fuentes de energía renovable, no tanto porque el petróleo se acabe pronto, sino porque su uso continuo amenaza el equilibrio climático del planeta.

Además, la demanda mundial está cambiando. Con el avance de los autos eléctricos, la energía solar y la eólica, se prevé que el consumo de petróleo disminuya en las próximas décadas. Esto podría reducir la influencia de los grandes productores y alterar el equilibrio geopolítico actual.

En ese sentido, el verdadero desafío no es la desaparición física del petróleo, sino su pérdida de relevancia económica frente a alternativas más limpias y sostenibles.

Más allá de los mitos y estrategias corporativas, el futuro energético del planeta dependerá de nuestra capacidad para innovar y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, apostando por un modelo más responsable y equilibrado.

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JLR


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