¿Empresa tóxica? Huye desde la primera cita (como lo harías de una relación que ya pinta mal)
Buscar trabajo es como salir con alguien: la primera entrevista puede revelar señales de alerta sobre una empresa tóxica. Desde líderes ausentes hasta frases engañosas como "aquí somos como una familia", esta guía te ayuda a detectar red flags antes de decir "sí, acepto". Porque un empleo no debería costarte la salud mental.
Buscar trabajo es casi como empezar a salir con alguien. Te emocionas, te arreglas, te preparas y traes esa ilusión de que esta sí va a ser la buena. Pero así como en las relaciones, a veces las señales de alerta están desde el inicio… y por las prisas o las ganas, las dejamos pasar.
Y si alguna vez estuviste en una relación tóxica, sabes cómo empieza: no con gritos ni drama, sino con pequeños comentarios, actitudes raras o cosas que simplemente no se sienten bien. En el trabajo pasa igual. Una cultura tóxica no se ve de inmediato, pero sí se percibe. Y la entrevista es la primera cita: ahí puedes darte cuenta si estás por entrar a una empresa que te va a impulsar… o a una que te va a desgastar.
¿Qué es una empresa tóxica? (Spoiler: no es la que tiene mucho trabajo).
Una empresa tóxica no es necesariamente la que te exige, sino la que no te cuida. Esa que habla bonito en su página, pero maltrata en sus juntas. Esa que promete crecimiento, pero a costa de tu salud mental. Si lo comparamos con una relación, es como salir con alguien que desde la primera cita te dice: “a mí me gusta la gente intensa, que lo da todo”… y luego se desaparece, te critica, te exige disponibilidad 24/7 y te hace sentir que nunca haces suficiente.
Una empresa con un clima laboral tóxico se ve más o menos así:
· Liderazgo que controla o brilla por su ausencia.
· Comunicación poco clara o de doble sentido.
· Promesas vagas que nunca se cumplen.
· Tareas mal repartidas y favoritismos descarados.
· Poca claridad en roles y cero feedback real.
· Burnout disfrazado de “entrega y pasión”.
· Gente que entra y sale como si tuviera puerta giratoria.
¿Te suena? Seguramente conoces a alguien que estuvo ahí… o tú mismo pasaste por algo así.
La entrevista: la primera cita donde ya se asoma la verdad
Igual que cuando conoces a alguien y algo no te late del todo —aunque no sabes por qué—, en una entrevista también puedes sentir ciertas señales que conviene escuchar. Estas son algunas red flags claritas que deberías notar en el proceso de selección:
· Desorden desde el día uno. Cambios de horario sin aviso, entrevistas con personas que no sabían que ibas, falta de seguimiento. Es como salir con alguien que llega tarde, te cancela sin explicación o no sabe ni tu nombre.
· Te venden una cultura “como familia” pero sin límites. Frases como “aquí todos hacemos de todo” o “nos gusta la gente que se pone la camiseta” suenan bien, pero muchas veces significan jornadas eternas, caos organizacional y cero respeto a tu tiempo.
· No saben explicarte bien el rol. Si no tienen claro qué harás, con quién ni cómo medirán tu trabajo, imagínate cómo será el día a día. Esto es como alguien que te dice: “vamos viendo qué somos”… pero mientras, ya quiere que le des todo.
· Evaden tus preguntas incómodas. Preguntas como “¿por qué se abrió esta vacante?”, “¿cómo es el ambiente del equipo?” o “¿cómo manejan los errores?” deben tener respuestas claras. Si titubean, se contradicen o te dan la vuelta, aguas.
· Te presionan para aceptar de inmediato. Si te dicen “necesitamos que decidas ya”, sin darte tiempo de pensar, es como esa pareja intensa que te dice “nadie más te va a valorar como yo”. Red flag absoluta.
¿Por qué deberías salir corriendo?
Porque una mala experiencia laboral no solo te afecta en lo profesional: te baja el autoestima, te hace dudar de tu valor, y hasta te puede enfermar. Igual que una relación tóxica que te absorbe, te confunde y te hace sentir culpable por poner límites. Lo más peligroso es que te acostumbras. Empiezas a pensar que eso es lo normal. Que todos los trabajos son así. Que lo “profesional” es aguantarse. Pero no. No es normal ni debería ser aceptable.
¿Cómo cuidarte? Aprende a leer las señales
Así como en el amor, en lo laboral también se vale tener estándares, poner límites y escuchar tus corazonadas. Aquí van algunos consejos para que no caigas en la trampa:
· Haz preguntas incómodas (pero necesarias). No solo hables de lo que tú sabes hacer. Pregunta: ¿cómo se ve el éxito aquí?, ¿cómo manejan el estrés?, ¿cómo se llevan los líderes con el equipo?
· Observa más allá de lo que dicen. Fíjate en el tono, en las caras, en si están a la defensiva. A veces el “todo bien” suena más a “no preguntes”.
· Investiga. Checa Glassdoor, LinkedIn, incluso redes como Reddit o X. Si hay muchos comentarios negativos y todos dicen lo mismo, pon atención.
· Escucha tu intuición. Si saliste de la entrevista con una sensación rara, si tuviste que convencerte de que “quizá no está tan mal”, eso también es una respuesta.
Conclusión: Elige trabajo como eliges pareja
Así como no te quedarías con alguien que te apaga, te exige sin dar nada o te hace sentir mal contigo mismo, tampoco deberías aceptar un trabajo que desde el día uno te genera dudas o incomodidad. No romantices la chamba tóxica. Tu salud mental, tu energía y tu bienestar valen más que cualquier sueldo o “oportunidad de crecer”.
Y sí: se vale buscar un lugar donde te respeten, te escuchen y te impulsen. No es ser exigente, es tener dignidad laboral. Porque un buen trabajo, como una buena relación, no te hace dudar de tu valor: te lo recuerda todos los días.