Mexicanos mantienen métodos informales de ahorro pese al avance de apps y fintech
El 58% de los mexicanos sigue usando tandas, garrafones y el colchón para ahorrar, pese al crecimiento de herramientas financieras formales.
El uso de métodos tradicionales continúa dominando entre quienes logran guardar dinero en México.
De acuerdo con la información disponible, 58% de los mexicanos que pueden ahorrar sigue prefiriendo prácticas informales, como guardar efectivo en casa, participar en tandas o utilizar garrafones de agua como alcancía, aun cuando existen más opciones digitales y bancarias disponibles.
Durante el webinar “Propósito 2026: Tu ahorro y salud financiera con visión a largo plazo”, una especialista de la UNAM explicó que, aunque ha aumentado el número de personas que utilizan instrumentos formales, el avance aún es insuficiente para desplazar los métodos tradicionales.
La experta señaló que estas prácticas persisten por costumbre, accesibilidad y desconfianza hacia instituciones financieras.
Ahorro informal: una práctica arraigada
El ahorro informal se mantiene como la opción más común entre la población, especialmente entre quienes buscan tener su dinero disponible de inmediato o evitar trámites bancarios. Las tandas, por ejemplo, siguen siendo populares por su estructura comunitaria y por la confianza que generan entre familiares o vecinos.
Además, guardar dinero en casa continúa siendo una práctica extendida. Según los datos consultados, más de la mitad de la población prefiere métodos no bancarios, incluso cuando las fintech y las apps de ahorro han mejorado su accesibilidad y seguridad en los últimos años.
Aunque se ha registrado un incremento en el uso de instrumentos formales, como cuentas de ahorro o aplicaciones financieras, la especialista destacó que este crecimiento no ha logrado revertir la preferencia por los métodos informales. La falta de educación financiera y la percepción de riesgo en el sistema bancario siguen siendo factores determinantes.
El panorama muestra que el ahorro informal continúa profundamente arraigado en la cultura mexicana, y que la transición hacia herramientas formales requerirá tiempo, confianza y mayor educación financiera.
El arraigo de las prácticas informales refleja hábitos culturales sólidos y evidencia la necesidad de fortalecer la educación financiera para impulsar alternativas más seguras y accesibles.
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