Remesas acumulan siete meses consecutivos a la baja

Las remesas enviadas a México registraron en el último periodo su séptimo mes consecutivo a la baja, consolidando la racha negativa más prolongada desde que existen registros comparables. El descenso contrasta con los años recientes, cuando estos flujos se convirtieron en el principal sostén de millones de familias y un pilar silencioso de la economía nacional.

De acuerdo con especialistas, esta tendencia responde a una combinación de factores: un enfriamiento en la actividad económica de Estados Unidos, la desaceleración del empleo para población migrante y una reducción temporal en los salarios promedio de la comunidad mexicana en ese país. A ello se suma un contexto global de presiones inflacionarias que disminuye la capacidad de envío.

Para México, la caída sostenida de remesas podría presionar el consumo interno, particularmente en regiones del sur y centro del país donde estos recursos representan una parte significativa del ingreso familiar. También podría modificar las proyecciones macroeconómicas que dependen del dinamismo del gasto de los hogares.

Aunque la disminución no implica por ahora un riesgo estructural, analistas financieros advierten que, si el ciclo se prolonga, podría convertirse en un foco de atención para las autoridades hacendarias y monetarias. Las remesas han sido, en los últimos cuatro años, uno de los motores que compensaron otros sectores con menor crecimiento.

Aun así, se espera que la tendencia pueda moderarse hacia mediados del próximo año si el mercado laboral estadounidense recupera tracción y el poder adquisitivo de los migrantes se fortalece. Por ahora, el retroceso acumulado ya comienza a sentirse en comunidades que dependen de estos envíos para gasto básico, educación o pequeños negocios familiares.

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