Carlo Acutis: el primer santo millennial
La elevación de Carlo Acutis a los altares marca un nuevo paradigma de santidad, donde la espiritualidad se entrelaza con la vida moderna y digital.
Este domingo, la Iglesia Católica vivirá un acontecimiento histórico con la canonización de Carlo Acutis, conocido como “el influencer de Dios”. El joven será proclamado como el primer santo millennial en una ceremonia encabezada por el papa León XIV el 7 de septiembre de 2025, en la Plaza de San Pedro. Junto a él será canonizado el beato Pier Giorgio Frassati, otro referente de la juventud católica.
Nacido en Londres en 1991 y criado en Milán, Carlo falleció a los 15 años en 2006 a causa de una leucemia. Desde pequeño mostró un profundo interés por la fe, asistiendo a misa diariamente y dedicando tiempo a labores solidarias. Fue beatificado en 2020, tras reconocerse su primer milagro, y su camino a la santidad se consolidó con un segundo, atribuido a su intercesión, lo que abrió paso a su canonización.
Más allá de su vida espiritual, Acutis dejó un legado innovador: creó un sitio web para catalogar milagros eucarísticos alrededor del mundo, lo que le ganó el título de “patrono de internet”. Esta combinación de fe y tecnología ha inspirado a miles de jóvenes, convirtiéndolo en un modelo contemporáneo de santidad que conecta con las nuevas generaciones.
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El proceso oficial incluyó un consistorio en junio pasado donde se confirmó su canonización, luego de que el Vaticano aprobara los milagros atribuidos a él, entre ellos la curación inexplicable de una joven en Costa Rica en 2022. El acto, que inicialmente se había suspendido tras el fallecimiento del papa Francisco, quedó finalmente confirmado para este año.
La misa de canonización comenzará a las 10:00 a.m. en Roma y será transmitida en vivo por diferentes medios internacionales, permitiendo que fieles de todo el mundo acompañen este momento.
En definitiva, la elevación de Carlo Acutis a los altares marca un nuevo paradigma de santidad, donde la espiritualidad se entrelaza con la vida moderna y digital. Su ejemplo demuestra que la fe puede dialogar con la tecnología y la cultura juvenil, ofreciendo un modelo cercano y actual para millones de creyentes.