Controversia en EE.UU.: Recortes de USAID bajo la administración Trump habrían provocado miles de muertes
El desmantelamiento de USAID por el gobierno de Trump ha dejado impactos humanitarios profundos. Mientras Marco Rubio asegura que "nadie ha muerto", datos y testimonios contradicen su versión.
A principios de este año, la administración del presidente Donald Trump ejecutó una decisión que ha desatado críticas internacionales: el desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), institución clave en la provisión de ayuda humanitaria a nivel global. La medida, impulsada por el secretario de Estado Marco Rubio, ha implicado la cancelación de miles de programas en salud, alimentación, agua potable y educación en más de 80 países.
Rubio, al comparecer ante el Congreso, minimizó el impacto humano de los recortes: “Nadie ha muerto por esto”, aseguró con contundencia. Sin embargo, estudios independientes, testimonios de afectados y cifras reveladas por organismos internacionales pintan un panorama muy distinto.
Según The Lancet, uno de los diarios médicos más prestigiosos del mundo, los modelos de impacto estiman que los recortes podrían provocar hasta 14 millones de muertes evitables para 2030, incluyendo a más de 200,000 niños menores de cinco años. De hecho, expertos ya contabilizan al menos 300,000 muertes asociadas a la pérdida de servicios fundamentales durante los últimos meses.
Uno de los casos más ilustrativos proviene de Nigeria, donde NPR documentó la historia de Mariam Mohammed, madre de un niño con anemia falciforme. Su hijo falleció tras el cierre de la clínica local financiada por USAID, que cerró sus puertas apenas semanas después del corte presupuestario.
A esto se suma la cancelación de contratos por 1,700 millones de dólares en Afganistán, país al que Estados Unidos continuaba apoyando con casi la mitad de la ayuda humanitaria internacional, a pesar de haber retirado sus tropas hace cuatro años.
En palabras del analista de política exterior Daniel Evers, “la narrativa de que ‘nadie murió’ es insostenible. USAID no era un lujo, era una red de seguridad para millones”.
La comunidad internacional, incluyendo agencias de la ONU, ha emitido alertas sobre los posibles efectos colaterales en países con alta dependencia de la ayuda estadounidense. Mientras tanto, organizaciones civiles en EE.UU. han lanzado peticiones para restablecer la agencia o transferir parte de sus funciones a otros organismos multilaterales.
Aunque desde el gobierno se ha justificado la medida como un intento por “reducir burocracia y gastos ineficientes”, las consecuencias ya son visibles. Con brotes de enfermedades, inseguridad alimentaria y proyectos estancados en diversos puntos del planeta, crece el debate interno sobre el verdadero costo de esta decisión política.
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