Protestas en Marruecos: tres muertos y cientos de detenidos

Con las calles encendidas y la presión internacional en aumento, Marruecos se encuentra en una encrucijada política y social.

Braulio Reyes ·  04 DE OCTUBRE DE 2025
Las manifestaciones derivaron en episodios de violencia urbana. Foto: X

Marruecos atraviesa una de sus jornadas más tensas en décadas tras un estallido social protagonizado por jóvenes. Lo que inició como un llamado digital terminó en marchas masivas contra la desigualdad social, la falta de oportunidades y el deterioro de servicios públicos. Hasta ahora, el saldo es de tres muertos y más de 400 detenidos, de acuerdo con reportes oficiales y de derechos humanos.

Las movilizaciones surgieron el 27 de septiembre de 2025 gracias al movimiento juvenil GenZ 212, organizado desde plataformas como Discord, TikTok e Instagram. Sus demandas principales apuntan a mejoras en educación, salud, empleo y combate a la corrupción, en contraste con los enormes recursos destinados por el gobierno a la organización del Mundial 2030.

Las protestas escalaron rápidamente en ciudades como Agadir, Casablanca, Tánger, Salé y Rabat. En la localidad de Leqliaa, los enfrentamientos con la policía terminaron en disparos que dejaron víctimas mortales.

Las manifestaciones derivaron en episodios de violencia urbana: incendios, saqueos y bloqueos en distintas zonas.

  • Más de 400 personas fueron arrestadas, entre ellas menores de edad y reporteros locales.
  • Decenas de civiles y policías resultaron heridos.
  • Varias sucursales bancarias, vehículos y comercios fueron dañados.

Organizaciones como Amnistía Internacional han criticado el uso excesivo de la fuerza y exigieron investigaciones sobre las muertes y detenciones arbitrarias.

El primer ministro Aziz Akhannouch aseguró estar dispuesto a abrir un diálogo con los jóvenes manifestantes, pero advirtió que quienes incurran en violencia enfrentarán penas que podrían llegar a la cadena perpetua.

Por su parte, el movimiento GenZ 212 exigió la renuncia del gobierno, la liberación de los detenidos y una respuesta inmediata a las demandas sociales. Su postura recalca que no buscan enfrentarse al rey, sino cuestionar las prioridades del poder político.

La crisis refleja un dilema mayor: ¿cómo equilibrar el autoritarismo histórico del país con una generación hiperconectada, que ha roto el silencio a través de la tecnología? El movimiento juvenil plantea un reto al modelo político tradicional, poniendo sobre la mesa la tensión entre control estatal y libertad social.

Con las calles encendidas y la presión internacional en aumento, Marruecos se encuentra en una encrucijada política y social. Lo que está en juego no es solo la estabilidad del gobierno actual, sino el futuro de una generación que exige ser escuchada y que ha convertido su descontento digital en un grito colectivo por justicia y cambio.

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