Trump inaugura centro de detención en Florida en medio de críticas y crisis laboral
Donald Trump inaugura un centro de detención en Florida, mientras crece el rechazo a sus redadas y medidas antimigrantes por su impacto económico y social en EU.
El presidente Donald Trump encabezó la inauguración de un nuevo megacentro de detención de migrantes en los Everglades, Florida, en lo que se perfila como un acto con alto contenido mediático. Apodado el “Alcatraz de los caimanes”, el centro se encuentra en un humedal remoto y fue presentado como una instalación de máxima seguridad, rodeada de terreno hostil y fauna salvaje, con un único camino de acceso y sin retorno para quienes lleguen ahí.
Este evento ocurre en un contexto de creciente rechazo a sus políticas migratorias. Trump ha prometido deportar un millón de personas en situación irregular, pero las cifras actuales están lejos de esa meta. Además, dos tercios de los detenidos no tienen antecedentes criminales, contradiciendo el discurso oficial de que sólo se busca expulsar a migrantes peligrosos. Mientras tanto, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, acompaña al mandatario en su narrativa televisiva diseñada para reforzar esta imagen.
Las consecuencias de estas políticas ya afectan gravemente a la economía. Agricultores en California y Texas reportan la pérdida de hasta 70% de su fuerza laboral, lo que ha llevado a la reducción de cosechas y al abandono de campos. Comercios y restaurantes en ciudades como Cincinnati y Nueva York enfrentan escasez de trabajadores y disminución de clientela ante el temor de redadas del ICE. Incluso celebraciones del 4 de julio han sido canceladas en varias localidades por miedo a operativos.
A nivel social y religioso, la indignación crece. Líderes católicos estadounidenses han condenado estas medidas como parte de una estrategia de deportación masiva “indiscriminada”. El cardenal Robert McElroy calificó como “inaceptable” el intento de expulsar a personas trabajadoras y bien integradas a sus comunidades. El impacto emocional y psicológico en familias migrantes ha sido documentado por diversas organizaciones civiles.
El Congreso estadounidense, con mayoría republicana, busca aprobar una ley que aumente drásticamente el presupuesto del ICE, pero ni con ese refuerzo se alcanzarían las metas propuestas. Mientras tanto, continúan los abusos y los casos de fallecimientos bajo custodia migratoria, como el de un cubano-estadounidense de 75 años reportado esta semana. Para muchos analistas y defensores de derechos humanos, el verdadero objetivo de esta política es generar miedo generalizado en la población migrante, tal como lo reconoció el propio zar fronterizo Tom Homan.