A partir del 31 de marzo, se prohíbe venta de comida chatarra en escuelas
Esta iniciativa busca fomentar el consumo de productos más saludables entre los jóvenes.

A partir del lunes 31 de marzo, los estudiantes en las escuelas del país se encontrarán con una medida que cambiará su rutina escolar: la prohibición de la venta de alimentos procesados y bebidas azucaradas en los planteles educativos.
Esta iniciativa, que comienza oficialmente el sábado 29 de marzo, busca fomentar el consumo de productos más saludables entre los jóvenes. Según el mandato oficial, los establecimientos educativos deberán ofrecer solo alimentos frescos y nutritivos, o en su defecto, abstenerse de vender cualquier tipo de comida.
La respuesta de los padres de familia ha sido positiva. Desde que se comenzaron a implementar cambios en la dieta escolar, los alumnos han optado por alternativas más saludables, como verduras picadas, ensaladas, frutas y, por supuesto, agua natural, dejando atrás las clásicas papas fritas y pastelitos que tradicionalmente se vendían en los recesos.
También puedes leer:
Escuelas públicas se transformarán en espacios de salud preventiva: Brugada
La nueva normativa se sustenta en una modificación de la Ley General de Educación, específicamente en el artículo 75 Bis, que establece la obligación de garantizar una alimentación saludable para niñas, niños y adolescentes dentro de las escuelas.
De acuerdo con este artículo, el consumo de alimentos con bajo valor nutricional pone en riesgo la salud de los estudiantes, por lo que se prohíbe la venta de productos con bajo contenido nutricional y alto en calorías vacías.
Además, la ley señala que los centros educativos no solo deben velar por el contenido de los alimentos vendidos, sino también por la publicidad dentro de sus instalaciones. Aquellos que promuevan la venta de productos no saludables serán multados con montos que pueden ir de los 10 mil hasta los 130 mil pesos, dependiendo de la gravedad de la infracción.
Los profesores han comentado que antes de esta medida, muchos alumnos presentaban problemas de salud relacionados con la mala alimentación, como sobrepeso y obesidad. De acuerdo con los expertos, esta medida tiene como objetivo reducir estas afecciones y fomentar un estilo de vida más saludable entre la población estudiantil.
Con esta reforma, el gobierno y las autoridades educativas esperan contribuir a la lucha contra la obesidad infantil, una de las principales preocupaciones de salud pública del país. Se espera que, poco a poco, los resultados de este cambio en la alimentación escolar se hagan evidentes, mejorando la salud física y el bienestar general de los estudiantes.