Edificios históricos del centro de la CDMX son descuidados a propósito para poder desalojarlos
Autoridades omiten mantenimiento a edificios históricos en el Centro, se busca desalojar sin diálogo, mientras vecinos denuncian gentrificación persistente.
Vecinos y activistas en el Centro Histórico de la CDMX alertan que edificios sufren un abandono deliberado —faltan reparaciones, no hay mantenimiento y tampoco se da rehabilitación— con la intención de generar riesgo estructural que justifique desalojos.
Esa estrategia, denuncian los afectados, impulsa procesos de gentrificación encubierta que privilegiarían intereses comerciales sobre la protección de comunidades históricas existentes.
Habitantes señalan que comunidades de la tercera edad, comerciantes y familias arraigadas desde hace décadas enfrentan presión creciente. Muchos optan por permanecer a pesar de la precariedad: viven en condiciones deterioradas y temen perder su patrimonio sin acceso a soluciones dignas. Actividades culturales, talleres y pequeños comercios tradicionales corren riesgo.
La omisión de mantenimiento no solo erosiona la seguridad física de las viviendas, sino que viola la responsabilidad gubernamental de preservar el patrimonio arquitectónico y social del centro de la capital. Eso crea un ambiente propicio para que desarrolladores, agentes inmobiliarios y fondos de inversión promuevan una transformación urbana que excluye a habitantes originarios.
Organizaciones comunitarias e indígenas han iniciado protestas y estrategias de defensa. En colonias como Doctores u Obrera, vecinos organizaron defensas legales colectivas, crearon padrones comunitarios e impulsaron redes solidarias frente a desalojos abruptos. Esa resistencia busca visibilizar la pérdida cultural y proteger a quienes han habitado la zona durante generaciones.
Restaurar la infraestructura urbana —involucrando a gobiernos, comunidades y sector privado— representaría una alternativa viable frente al abandono programado. Invertir en rehabilitación no solo preserva la memoria arquitectónica, también fortalece la resiliencia urbana, la cohesión social y el turismo cultural sustentable.
Descuidar edificios del Centro Histórico para propiciar desalojos amenaza la identidad urbana de la ciudad. Convertir esas estructuras en espacios útiles para sus residentes requiere un enfoque ético, participativo y orientado al bienestar colectivo, no solo al desarrollo inmobiliario.
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