Suspenden chelerías en CDMX por venta ilegal de alcohol y disturbios vecinales
Autoridades capitalinas clausuraron 30 chelerías en seis alcaldías de CDMX por venta ilegal de alcohol y alteraciones al orden público, tras denuncias vecinales.
En respuesta a crecientes denuncias vecinales por alteraciones al orden público, consumo de alcohol en la vía pública y la venta a menores de edad, el Gobierno de la Ciudad de México suspendió 30 establecimientos conocidos como “chelerías” en diversas colonias de seis alcaldías.
El operativo, denominado “La Noche es de Todos”, fue implementado por la Secretaría de Gobierno, encabezada por César Cravioto, y se enfocó en las alcaldías Iztapalapa, Tláhuac, Tlalpan, Magdalena Contreras, Cuauhtémoc y Venustiano Carranza. Estas zonas han sido identificadas por su creciente preocupación ciudadana ante la proliferación de negocios informales dedicados a la venta de alcohol en esquinas, tianguis o locales sin regulación.
Entre el negocio y la necesidad: el fenómeno de las chelerías
Las “chelerías” se han multiplicado en los últimos años, especialmente en zonas populares, como una forma de subsistencia económica para muchas familias. Sin embargo, su falta de regulación y el consumo descontrolado que fomentan han provocado conflictos vecinales, inseguridad y deterioro del tejido social.
Vecinos de colonias como Santa Cruz Meyehualco en Iztapalapa o La Nopalera en Tláhuac relataron que estos puntos de venta se convierten en foco de riñas, música a alto volumen hasta la madrugada y consumo de drogas, muchas veces frente a menores de edad.
“A veces ni puedes dormir, hay broncas cada fin de semana. La gente toma en la calle, orinan en las banquetas… y la policía ni aparece”, denunció Doña Elvira, vecina de la colonia José López Portillo, en Tlalpan.
Según autoridades, algunos de estos establecimientos operaban bajo fachadas como tiendas o loncherías, pero en realidad funcionaban como bares clandestinos, sin medidas de seguridad, sin licencia de funcionamiento y, en muchos casos, atendiendo a adolescentes que compraban sin restricciones.
La recuperación del espacio público
El objetivo del operativo, según Cravioto, es doble: garantizar la seguridad de las comunidades y promover una cultura de convivencia responsable.
“Queremos que las noches en la ciudad sean para todos, no para unos cuantos que lucran con la ilegalidad. Vamos a seguir escuchando a las y los vecinos”, afirmó el funcionario.
La medida ha sido bien recibida por muchos habitantes, quienes ven en estos operativos una señal de esperanza ante un problema que parecía ignorado.
Sin embargo, también hay voces que advierten que la solución debe ser más profunda. Algunos colectivos vecinales y expertos en urbanismo han señalado que la venta ilegal de alcohol es síntoma de problemas estructurales, como el desempleo, la falta de espacios de recreación y la ausencia de políticas de inclusión juvenil.
“No basta con cerrar chelerías. Hay que ofrecer opciones. ¿Dónde pueden ir los jóvenes a divertirse sin ser criminalizados? ¿Qué alternativas reales tienen los que viven al día y montan estos negocios?”, cuestiona Mariana Ríos, socióloga y activista por los derechos urbanos.
Una ciudad que busca el equilibrio
Mientras tanto, los operativos continuarán en las próximas semanas y podrían extenderse a otras demarcaciones. Las autoridades llaman a la ciudadanía a seguir denunciando puntos irregulares de venta de alcohol, pero también se comprometieron a abrir canales de diálogo para atender el fenómeno desde una perspectiva más humana y comunitaria.
La noche, aseguran, también puede ser un espacio para el respeto, la paz y la vida en común.
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