Explosión de 'narcomina' en Michoacán deja ocho militares muertos y dos heridos
Un operativo militar en Michoacán terminó en tragedia tras la explosión de una mina terrestre colocada por el crimen organizado.
Una emboscada mortal cobró la vida de ocho elementos del Ejército Mexicano tras la explosión de una presunta “narcomina” en una zona serrana de Michoacán, cerca de los límites con Jalisco, territorio históricamente disputado por grupos del crimen organizado.
De acuerdo con fuentes oficiales, el incidente ocurrió este fin de semana mientras una patrulla militar realizaba labores de reconocimiento y seguridad en una región que ha sido foco de enfrentamientos entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y células del grupo criminal conocido como Los Reyes.
El convoy, compuesto por vehículos del Ejército, transitaba por un camino de terracería en medio de un operativo contra el crimen organizado, cuando una mina terrestre —artefacto explosivo de fabricación casera— fue detonada al paso de una de las unidades, provocando una explosión de alto poder.
La explosión dejó un saldo de ocho militares muertos. Hasta el momento, las autoridades no han revelado la identidad de las víctimas, en espera de notificar a sus familiares.
Zona en disputa y creciente militarización
La zona donde ocurrió el ataque se encuentra en la frontera entre Michoacán y Jalisco, una región conocida por la intensa actividad de grupos armados que luchan por el control del trasiego de drogas, extorsión, tala ilegal y cobro de piso.
En las últimas semanas, tanto la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) como la Guardia Nacional han reforzado su presencia en municipios clave de Michoacán, como Tepalcatepec, Aguililla y Coalcomán, ante la escalada de violencia provocada por estas organizaciones criminales.
Narcominas: una amenaza creciente
El uso de artefactos explosivos improvisados, conocidos como “narcominas”, se ha convertido en una táctica recurrente de grupos delictivos para frenar el avance de fuerzas de seguridad en zonas rurales. Estos dispositivos, enterrados y activados a distancia o por presión, representan una amenaza letal para militares, policías y también para civiles.
Organismos de derechos humanos han advertido sobre el alto riesgo que implica su uso indiscriminado, equiparando su impacto al de zonas de guerra. A pesar de ello, su presencia ha ido en aumento, sobre todo en Michoacán, Guerrero y Chiapas.
Reacciones y llamado a la justicia
Las Fuerzas Armadas lamentaron profundamente la pérdida de los soldados caídos en cumplimiento de su deber y reafirmaron su compromiso con la pacificación del país. El gobierno federal no ha emitido aún un pronunciamiento oficial. Diversos sectores de la sociedad han expresado su preocupación ante el recrudecimiento de la violencia y la capacidad letal de los cárteles. “Ningún militar debería morir así. El Estado mexicano debe redoblar esfuerzos para proteger a quienes arriesgan su vida por el país”, declaró un excomandante entrevistado por medios locales.
Mientras tanto, los operativos en la región continuarán en los próximos días, con el objetivo de localizar a los responsables del ataque y desmantelar los campamentos donde se presume que operan estos grupos armados.