La 4T perfila el "Plan D": va por INE, plurinominales y reducción de fondos a partidos

Con una mayoría legislativa asegurada y tras el arranque de su administración, la presidenta Claudia Sheinbaum ha puesto sobre la mesa una nueva fase de su proyecto de transformación: el llamado “Plan D”, que apunta directamente a reformar el sistema político y electoral del país.

Este plan contempla tres ejes fundamentales: una posible reestructura del Instituto Nacional Electoral (INE), la eliminación de los legisladores plurinominales y la reducción del financiamiento público a los partidos políticos.

Aunque aún no se ha presentado formalmente una iniciativa en el Congreso, la Mandataria abrió el debate tras cuestionar la labor de los consejeros del INE durante el proceso de validación de las elecciones judiciales, acusándolos de anular votos de forma cuestionable, a pesar de que esta facultad corresponde al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

“Tenemos que revisar el funcionamiento del INE. Sus gastos son excesivos, y es tiempo de hacer una transformación que lo haga más eficiente y cercano a la gente”, declaró Sheinbaum en conferencia.

Por su parte, el INE ha señalado múltiples irregularidades detectadas durante el proceso electoral, especialmente en lo que refiere a presiones a votantes, uso indebido de programas sociales y violencia política. Consejeros como Martín Faz expresaron “dudas razonables” sobre si el voto fue “libre y auténtico” en todos los casos.

Estas tensiones se dan en un contexto político donde Morena y sus aliados han ganado una amplia mayoría en el Congreso, lo que abre la puerta a reformas constitucionales profundas que antes parecían políticamente inviables. La eliminación de plurinominales, por ejemplo, requeriría modificar varios artículos de la Constitución y ha sido históricamente resistida por sectores que ven en esta figura un contrapeso para la representación de minorías.

¿Qué implica el “Plan D”?

De concretarse, el “Plan D” impactaría de forma directa en:

• La estructura del INE, posiblemente reduciendo el número de consejeros, modificando su método de elección o acotando sus funciones.
• El Congreso, con la desaparición de legisladores plurinominales, lo que reduciría el número de representantes y concentraría el poder en los ganadores de mayoría.
• Los partidos políticos, que verían recortado el financiamiento público que reciben de forma regular, especialmente en años no electorales.

Críticos de la propuesta han advertido que estas reformas podrían erosionar el equilibrio democrático y concentrar más poder en el partido gobernante. En contraste, defensores aseguran que se trata de una modernización necesaria para eliminar privilegios y hacer más eficiente el gasto público.

La presidenta Sheinbaum no ha detallado aún cuándo se enviarán estas reformas al Congreso, pero todo indica que será uno de los primeros movimientos legislativos tras el arranque de la nueva legislatura.

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