Marcha toma Reforma en rechazo a elección judicial por voto popular
La marcha "Domingo Negro" no solo fue una protesta contra una propuesta específica, sino también una defensa de la división de poderes y la autonomía de las instituciones.
Este domingo, la Ciudad de México fue el escenario de una masiva movilización ciudadana, bautizada como «Domingo Negro», que congregó a miles de personas en Paseo de la Reforma para manifestar su rotundo rechazo a la propuesta de elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular. La marcha, que partió del Ángel de la Independencia y culminó en el Zócalo capitalino, fue un grito unánime en defensa de la independencia judicial y el Estado de Derecho.
Los participantes, vestidos en su mayoría de negro y con pancartas que rezaban «La justicia no se vota», «Manos fuera del Poder Judicial» y «No a la dictadura», expresaron su profunda preocupación por una reforma que, a su juicio, politizaría la justicia y abriría la puerta a la injerencia de intereses políticos en las decisiones judiciales. La consigna principal fue clara: la impartición de justicia debe recaer en manos de profesionales con trayectoria y conocimiento jurídico, libres de presiones partidistas o populares.
Diversas voces de la sociedad civil, colegios de abogados, académicos y exfuncionarios judiciales se unieron a la manifestación, advirtiendo sobre los riesgos de desmantelar un sistema judicial que, si bien perfectible, es fundamental para el equilibrio de poderes. Se argumentó que la elección popular de jueces podría llevar a campañas políticas demagógicas, donde los candidatos prometerían sentencias populares en lugar de apegarse estrictamente a la ley. Además, se señaló la posibilidad de que el crimen organizado o grupos de interés con gran poder económico pudieran influir en estas elecciones, comprometiendo aún más la imparcialidad.
La marcha «Domingo Negro» no solo fue una protesta contra una propuesta específica, sino también una defensa de la división de poderes y la autonomía de las instituciones. Los manifestantes enfatizaron que un Poder Judicial independiente es un pilar esencial de cualquier democracia, garantizando la protección de los derechos de los ciudadanos y el cumplimiento de la Constitución.
Aunque el gobierno ha defendido la propuesta como una medida para democratizar y combatir la corrupción en el Poder Judicial, los opositores insisten en que existen otras vías para lograr estos objetivos sin comprometer la experticia y la imparcialidad que se requieren en la administración de justicia. La movilización de este domingo demuestra que una parte significativa de la sociedad mexicana está dispuesta a defender la independencia judicial y a exigir un debate profundo y serio sobre el futuro de la justicia en el país.
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