¿Hacer el amor electoral? Noroña trivializa un proceso judicial marcado por la opacidad y señalamientos
El presidente del Senado insta a la ciudadanía a informarse sobre los más de tres mil candidatos; reconoce la complejidad del proceso y lanza una metáfora polémica para animar la participación.
Con una frase provocadora y fuera de lo habitual, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, comparó el próximo proceso de elección judicial del 1 de junio con “hacer el amor por primera vez”, provocando críticas y reacciones encontradas en un momento en que la transparencia, la preparación de los aspirantes y la legitimidad del proceso están en entredicho.
Durante una intervención pública, el legislador reconoció la complejidad de la jornada electoral, en la que más de 3 mil candidatos buscarán integrarse al Poder Judicial. Sin embargo, lejos de abordar con seriedad los riesgos y vacíos de este nuevo modelo de elección, optó por una metáfora que generó incomodidad incluso entre sectores afines.
Yo no sé ustedes, pero tengo la impresión de que nadie nos enseñó a hacer el amor, y lo hicimos. Y creo que cada vez salió mejor… en algunos casos. Pero de que uno logra hacerlo, lo logra. Entonces, vamos a hacer el amor electoralmente el próximo 1 de junio en materia judicial, y cada vez lo haremos mejor.
Un proceso con más dudas que certezas
Más allá de las expresiones llamativas, la elección judicial ha generado serias preocupaciones. Diversas organizaciones civiles han denunciado la falta de información clara sobre los perfiles, una preparación deficiente de los votantes para entender qué se elige exactamente, y la opacidad en la selección de candidatos, muchos de los cuales habrían sido propuestos por actores con intereses políticos o incluso señalados por vínculos con grupos delictivos.
En este contexto, resulta cuestionable que una figura como el presidente del Senado utilice un tono frívolo para referirse a un proceso que, en teoría, busca democratizar el Poder Judicial y devolverle credibilidad ante la ciudadanía.
¿Participación o simulación?
Mientras el discurso oficial insiste en fomentar la “participación ciudadana”, expertos advierten que el proceso podría derivar en una simple simulación democrática si no se garantiza que los electores cuenten con herramientas suficientes para tomar decisiones informadas.
La metáfora de Noroña, lejos de acercar a los votantes, evidencia una narrativa que subestima la complejidad de la elección y evade los cuestionamientos de fondo:
- ¿Quién eligió realmente a los candidatos?
- ¿Qué experiencia y trayectoria tienen?
- ¿Hay filtros para impedir que lleguen al poder perfiles ligados a intereses criminales o políticos?
El riesgo de normalizar la improvisación
Frente a este panorama, analistas coinciden en que lo preocupante no es solo el lenguaje coloquial usado por Noroña, sino lo que refleja: una visión del proceso como algo que “se puede improvisar” o aprender “sobre la marcha”, a pesar de que las decisiones judiciales afectan de forma directa la justicia, la seguridad y los derechos de la población.
El próximo 1 de junio no solo se elegirán jueces: se pondrá a prueba la madurez democrática del país y la solidez de sus instituciones. Y si bien la participación es fundamental, también lo es exigir claridad, transparencia y verdadera rendición de cuentas.
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