Sam Rivers bajista de Limp Bizkit fallece a los 48 años

El fallecimiento de Sam Rivers deja un vacío profundo en la música. Su bajo fue el latido constante detrás de una banda que definió los sonidos de los 2000.

Braulio Reyes · Hace 10 horas
Rivers fue parte esencial del nacimiento de Limp Bizkit en Jacksonville, Florida, en 1994. Foto: X

El mundo del rock lamenta profundamente la muerte de Sam Rivers, bajista y uno de los fundadores de Limp Bizkit, banda que marcó una generación con su estilo inconfundible dentro del nu-metal. Su fallecimiento fue confirmado por el grupo el pasado fin de semana, generando una ola de tristeza entre fanáticos y músicos de todo el mundo.

Rivers fue parte esencial del nacimiento de Limp Bizkit en Jacksonville, Florida, en 1994. Con su bajo característico, ayudó a definir el sonido agresivo y rítmico que distinguió a la banda en discos icónicos como Significant Other (1999) y Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water (2000). Su habilidad para combinar potencia con sensibilidad musical lo convirtió en uno de los bajistas más reconocibles del género.

A pesar de enfrentar problemas de salud que lo mantuvieron alejado de los escenarios entre 2015 y 2018, Rivers regresó a la agrupación y permaneció activo hasta su muerte.

Aunque la banda no ha confirmado la causa oficial del fallecimiento, se sabe que Rivers enfrentó una enfermedad hepática derivada del consumo excesivo de alcohol, por la que recibió un trasplante de hígado en 2017. Su regreso posterior a los escenarios fue visto como una victoria personal y artística.

“Sam no era solo nuestro bajista, era pura magia, el pulso debajo de cada canción”, expresó Limp Bizkit en su mensaje de despedida.

Las muestras de cariño y admiración no se hicieron esperar. Integrantes del grupo y colegas de la industria lo recordaron como el “corazón de cada canción” y un músico cuya energía marcó un antes y un después en la escena del rock alternativo. En redes sociales, los fans compartieron homenajes, versiones de sus líneas de bajo y recuerdos de su influencia musical.

Más allá de su talento instrumental, Sam Rivers representó el espíritu de una era: la de los jóvenes que encontraron en el nu-metal una voz rebelde y sincera. Su trabajo continúa inspirando a nuevas generaciones de músicos que crecen escuchando los clásicos de Limp Bizkit.

El fallecimiento de Sam Rivers deja un vacío profundo en la música. Su bajo fue el latido constante detrás de una banda que definió los sonidos de los 2000. Aunque su vida terminó pronto, su huella artística permanecerá viva en cada acorde que recuerde por qué Limp Bizkit cambió para siempre el rumbo del rock.

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