Bloqueo del flujo sanguíneo acelera cáncer de mama

La relación entre flujo sanguíneo, envejecimiento inmune y cáncer podría marcar el inicio de estrategias integrales y efectivas en la lucha contra el cáncer,

Braulio Reyes · Hace 12 minutos
Los especialistas destacan que mantener una salud vascular adecuada podría jugar un papel clave en la prevención. Foto: Pexels

Un estudio de NYU Langone Health reveló que cuando el flujo sanguíneo hacia las extremidades se restringe —como ocurre en la isquemia periférica— los tumores de cáncer de mama crecen hasta el doble de rápido. La investigación, realizada en modelos de ratón, señala que este fenómeno ocurre porque la falta de circulación provoca un envejecimiento prematuro de la médula ósea, debilitando de forma significativa al sistema inmunitario.

Los investigadores descubrieron que la reducción de oxígeno altera la producción de células en la médula ósea. En lugar de generar suficientes linfocitos, que son claves para atacar al cáncer, comienza a producir más células mieloides como monocitos, neutrófilos y macrófagos, menos eficaces contra los tumores. Este desbalance es similar al que se da de manera natural con el paso de los años, lo que explica por qué la isquemia puede “acelerar” un proceso de envejecimiento inmunitario.

Dentro de los tumores, este cambio en el sistema inmune genera un ambiente más tolerante al avance de la enfermedad. Se incrementa la presencia de macrófagos tipo M2 y células reguladoras T, que reducen la capacidad del organismo de frenar el crecimiento tumoral. Además, el estudio observó alteraciones epigenéticas que estabilizan estos perfiles inmunológicos envejecidos, consolidando un terreno más favorable para el cáncer.

Este hallazgo resalta que problemas vasculares como la isquemia periférica no solo afectan al tejido por falta de oxígeno, sino que también incrementan la vulnerabilidad al cáncer al debilitar la respuesta inmune. Esto abre la posibilidad de que, en un futuro, los pacientes con enfermedades circulatorias sean evaluados con mayor cuidado frente al riesgo oncológico y reciban terapias combinadas que protejan tanto al tumor como al sistema inmunológico.

Los especialistas destacan que mantener una salud vascular adecuada podría jugar un papel clave en la prevención y el control del crecimiento tumoral. Tratamientos que mejoren la circulación, hábitos saludables y terapias innovadoras para revertir los cambios epigenéticos asociados a la inmunosenescencia podrían convertirse en nuevas herramientas contra el cáncer.

Este descubrimiento aporta una nueva perspectiva al entendimiento de la enfermedad: no basta con estudiar el tumor de manera aislada, también es esencial analizar cómo el sistema circulatorio y la médula ósea influyen en su comportamiento. La relación entre flujo sanguíneo, envejecimiento inmune y cáncer podría marcar el inicio de estrategias más integrales y efectivas en la lucha contra el cáncer de mama.

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