Cómo cuidar tu médula espinal y evitar su deterioro
La médula espinal es el "puente" que conecta el cerebro con el cuerpo. Su cuidado depende de hábitos sencillos pero constantes: buena postura, ejercicio, alimentación balanceada y precaución en la vida diaria.
La médula espinal es una parte esencial del sistema nervioso. Es un cordón largo y blando formado por nervios, que va desde el cerebro hasta la parte baja de la espalda.
Su función principal es transmitir los mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo: gracias a ella podemos movernos, sentir y reaccionar rápidamente ante lo que sucede a nuestro alrededor.
Sin embargo, la médula espinal puede deteriorarse o dañarse por distintas razones. Una de las más comunes son los accidentes, como caídas o golpes fuertes en la espalda, que pueden cortar o comprimir los nervios.
- También puede verse afectada por enfermedades como la esclerosis múltiple, infecciones, tumores o el desgaste de los huesos y discos de la columna vertebral que la protegen.
Cuando la médula espinal sufre daño, las consecuencias pueden ser graves. Dependiendo del lugar del daño, la persona puede perder la movilidad o la sensibilidad en ciertas partes del cuerpo. En los casos más severos, puede causar parálisis. Por eso, es tan importante prevenir lesiones y cuidar la salud de la columna.
Para mantener la médula espinal en buen estado, es fundamental cuidar la postura, especialmente al sentarse o cargar peso. Hacer ejercicio regularmente fortalece los músculos que protegen la columna y mejora la circulación.
También es importante evitar actividades de alto riesgo sin la protección adecuada y mantener un peso saludable para no sobrecargar la espalda.
Además, una alimentación rica en calcio, vitamina D y proteínas ayuda a conservar huesos y músculos fuertes. Dormir en una posición adecuada y en un colchón firme también protege la columna y evita presiones innecesarias sobre la médula espinal.


