¿Cómo evitar el deterioro de los riñones? Guía básica
Para cuidar los riñones es clave mantener una hidratación adecuada, preferentemente con agua simple, y reducir el consumo de sal, embutidos y alimentos ultraprocesados.
Los riñones son órganos vitales que filtran los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, regulan la presión arterial y mantienen el equilibrio de minerales en el cuerpo. Sin embargo, diversas causas pueden deteriorar su funcionamiento progresivamente.
La principal es la diabetes mal controlada, que daña los vasos sanguíneos del riñón, seguida por la hipertensión arterial, que genera una presión constante sobre el sistema renal.
También influyen factores como infecciones urinarias recurrentes, el uso prolongado de analgésicos o antiinflamatorios y enfermedades autoinmunes.
Otro gran enemigo de los riñones es el consumo excesivo de sal, que puede elevar la presión arterial y forzar al riñón a trabajar más de lo necesario. También el bajo consumo de agua es perjudicial, ya que la deshidratación dificulta la eliminación de toxinas.
A esto se suma el uso indebido de suplementos o esteroides sin supervisión médica, así como el abuso de bebidas energéticas o azucaradas, que afectan la salud renal a largo plazo.
Además, algunos hábitos cotidianos como aguantar las ganas de orinar, el sedentarismo, el tabaquismo y la obesidad, pueden contribuir al deterioro progresivo de los riñones. Estas condiciones favorecen la inflamación, la mala circulación y aumentan el riesgo de enfermedades renales crónicas.
Para cuidar los riñones es clave mantener una hidratación adecuada, preferentemente con agua simple, y reducir el consumo de sal, embutidos y alimentos ultraprocesados.
Es recomendable también llevar una dieta rica en frutas, verduras y proteínas de buena calidad, como pescado o legumbres, así como limitar los azúcares refinados.
Hacer ejercicio regularmente, controlar los niveles de azúcar en sangre y la presión arterial, y realizar chequeos médicos anuales son medidas preventivas fundamentales. Evitar automedicarse y consultar al médico antes de tomar medicamentos de forma prolongada también es esencial para proteger la función renal.
En resumen, cuidar los riñones no requiere medidas extremas, sino hábitos conscientes y sostenibles. Escuchar al cuerpo, mantenerse activo, y llevar una alimentación equilibrada puede marcar una gran diferencia en la salud renal a lo largo del tiempo.