Déficit calórico: la estrategia más efectiva para perder peso
Diversos estudios han demostrado que mantener un déficit calórico moderado ayuda a reducir la grasa corporal de manera eficaz.
El déficit calórico se refiere a consumir menos calorías de las que el cuerpo necesita para mantener su peso actual.
En términos sencillos, significa gastar más energía de la que se ingiere, ya sea reduciendo la comida, aumentando la actividad física o una combinación de ambas. Este principio es la base de la mayoría de los planes para perder peso.
Diversos estudios han demostrado que mantener un déficit calórico moderado ayuda a reducir la grasa corporal de manera eficaz.
Sin embargo, no todos los déficits son iguales: un recorte excesivo de calorías puede generar fatiga, pérdida de masa muscular e incluso afectar el metabolismo. Lo recomendable es hacerlo de forma gradual y supervisada por un profesional de la salud.
Además, no se trata solo de contar calorías. La calidad de los alimentos juega un papel clave. Una dieta basada en frutas, verduras, proteínas magras, granos integrales y grasas saludables permite que el déficit sea más sostenible, en comparación con restringir calorías consumiendo productos ultraprocesados.
El ejercicio también potencia los resultados. Actividades como caminar, correr, nadar o levantar pesas no solo ayudan a aumentar el gasto energético, sino que favorecen la preservación de la masa muscular durante el proceso de pérdida de peso.
El déficit calórico puede considerarse una buena opción para bajar de peso siempre que se realice de forma consciente. No es una solución mágica ni rápida, sino una estrategia respaldada por la ciencia que requiere disciplina, paciencia y, en lo posible, acompañamiento profesional.
En conclusión, más que centrarse en comer poco, la clave está en comer mejor y moverse más. De esta forma, el déficit calórico se convierte en una herramienta efectiva y segura para alcanzar un peso saludable y mantenerlo en el tiempo.