El café: ¿amigo o enemigo de la salud?

Su impacto depende en gran medida de la cantidad que se consuma y del contexto individual de cada persona.

JLR · Hace 5 horas
Mantener un consumo moderado, preferiblemente sin grandes cantidades de azúcar o cremas, permite aprovechar sus beneficios sin sufrir los efectos negativos del exceso.

El café es una de las bebidas más populares en todo el mundo, consumida diariamente por millones de personas.

Su sabor, aroma y efecto estimulante lo convierten en un aliado indispensable para iniciar el día o para mantenerse alerta.

Sin embargo, como en muchos aspectos relacionados con la alimentación, el consumo excesivo de café puede traer consecuencias negativas para la salud.

Tomar café en grandes cantidades, especialmente más de 400 mg de cafeína al día (equivalente a unas 4 tazas promedio), puede provocar efectos adversos. Entre los daños más comunes se encuentran el insomnio, la ansiedad, el nerviosismo y las palpitaciones.

Además, un consumo excesivo puede aumentar la presión arterial temporalmente y causar molestias gastrointestinales como acidez o reflujo. En casos extremos, el exceso de cafeína puede incluso desencadenar arritmias o problemas cardíacos en personas sensibles.

Por otro lado, un consumo moderado de café, definido generalmente como 2 a 3 tazas diarias, se ha asociado con múltiples beneficios para la salud. Estudios científicos han encontrado que el café puede mejorar la concentración y el estado de ánimo, gracias a su efecto estimulante en el sistema nervioso central.

Además, contiene antioxidantes que ayudan a combatir el daño celular y pueden reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer.

El café también ha mostrado efectos positivos en la prevención de ciertos tipos de cáncer, como el de hígado y el de colon, así como beneficios en la salud metabólica, ayudando a mejorar la sensibilidad a la insulina y reduciendo el riesgo de diabetes tipo 2.

Sin embargo, es importante recordar que estos beneficios están ligados a un consumo controlado y que la adición excesiva de azúcar, cremas o sabores puede contrarrestar sus propiedades saludables.

En conclusión, el café no es ni un villano ni un héroe absoluto para la salud. Mantener un consumo moderado, preferiblemente sin grandes cantidades de azúcar o cremas, permite aprovechar sus beneficios sin sufrir los efectos negativos del exceso.

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JLR


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