El secreto del movimiento: cómo proteger tus articulaciones
Para mantenerlas sanas, es fundamental mantener un peso adecuado, ya que el exceso de carga aumenta la presión sobre rodillas y caderas.
Las articulaciones son las uniones entre los huesos que permiten el movimiento y la flexibilidad del cuerpo. Gracias a ellas podemos caminar, correr o levantar objetos sin rigidez. Sin embargo, el paso del tiempo, el sobrepeso o ciertos hábitos pueden deteriorarlas, causando dolor y limitación en la movilidad.
El desgaste articular puede comenzar de forma silenciosa. Actividades repetitivas, malas posturas, lesiones mal tratadas o el exceso de ejercicio pueden dañar el cartílago, esa capa que protege a los huesos del roce directo. Cuando el cartílago se desgasta, aparece la inflamación y con ella enfermedades como la artrosis.
Para mantenerlas sanas, es fundamental mantener un peso adecuado, ya que el exceso de carga aumenta la presión sobre rodillas y caderas. También se recomienda practicar ejercicio moderado, como caminar, nadar o andar en bicicleta, que fortalecen los músculos sin forzar las articulaciones.
La alimentación también juega un papel clave. Incluir alimentos ricos en omega-3, calcio, vitamina D y colágeno ayuda a conservar la elasticidad y resistencia articular. Beber suficiente agua contribuye a mantener los tejidos lubricados y en buen estado.
Por último, evitar el sedentarismo y corregir la postura al sentarse o cargar peso puede prevenir lesiones futuras. Escuchar al cuerpo y acudir al médico ante cualquier molestia persistente es esencial. Cuidar las articulaciones es invertir en una vida activa, sin dolor y con libertad de movimiento.


