Presiones y retos asimétricos rumbo al nuevo T-MEC
México prevé exportar entre 80 y 90 % de sus productos bajo el T-MEC, superando su máximo histórico de 64 % alcanzado en 2004, según Banco Base.
En el camino hacia el nuevo T-MEC se prevén que tendrá reglas bilaterales asimétricas, nuevos estándares laborales y reglas de origen más estrictas, así como cuestiones relacionadas con países terceros como China, advierte el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce).
Además, en su documento México ante el nuevo orden del comercio internacional: liderazgo en tiempos de disrupción global menciona que se prevé una disminución reguladora de los organismos multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC) por el panorama actual del comercio internacional con un nuevo proteccionismo.
La tasa de aranceles efectiva en Estados Unidos alcanza en este 2025 un 17.8 por ciento, el nivel más alto desde 1933, de acuerdo con un análisis de Cato Institute, cita el documento.
Las ventas de Estados Unidos a sus socios del T-MEC se prevé que se reduzcan en un 8 por ciento con el arancel inicial. En Canadá la caída llegaría a 9.3 por ciento y en México hasta 13.9 por ciento, mencionó The Bookings Institution.
Por su parte, se menciona que México contempla una exportación de sus productos de un 80 a 90 por ciento de sus productos bajo las reglas del T-MEC al mencionar que su máximo histórico es del 64 por ciento, alcanzado en 2004, puntualizó Banco Base.
En este contexto el Comce advierte que el comercio internacional mexicano se debe preparar para un ambinete de negociaciones bilaterales asimétricas, posibles revisiones al T-MEC, reglas de origen y estándares laborales más estrictos, así como las relaciones con países terceros que no tengan una economía de mercado, espécificamente, China.
Frente al nuevo paradigma de comercio internacional se debe contar con una política industrial que responda a las tendencias globales, presiones arancelarias, diversificación de exportaciones e importaciones y tensiones geoeconómicas.
Por último, advierte que ante el complejo escenario el riesgo más palpable para el sector industrial mexicano es la pasividad o cancelación para las nuevas inversiones y no la salida de empresas por la elevada incertidumbre.
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