A un año del secuestro de “El Mayo” Zambada: traición, guerra interna y reconfiguración del narco en México

A un año del secuestro de “El Mayo” Zambada, el Cártel de Sinaloa enfrenta su fractura más violenta; México aún exige respuestas a EE.UU.

Adolfo Flores ·  25 DE JULIO DE 2025
Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa.

Este 25 de julio se cumple un año de uno de los episodios más impactantes en la historia reciente del narcotráfico en México: el secuestro y posterior entrega a Estados Unidos de Ismael “El Mayo” Zambada, histórico líder del Cártel de Sinaloa. Su desaparición repentina —y el contexto de traición que rodea el caso— marcó el inicio de una guerra interna sin precedentes dentro del grupo criminal más poderoso del país.

Una detención envuelta en misterio

“El Mayo”, de 76 años, fue detenido el 25 de julio de 2024 en una operación realizada en El Paso, Texas, junto con Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Lo que inicialmente se presentó como una detención, pronto fue señalado por su propia defensa como un secuestro orquestado por sus rivales dentro del cártel, específicamente la facción conocida como “Los Chapitos”.

De acuerdo con versiones cercanas al caso, Zambada fue citado a una supuesta reunión de conciliación en Culiacán, donde fue emboscado, privado de su libertad y trasladado en avión a Estados Unidos sin que mediara un proceso legal ni intervención del gobierno mexicano.

En una carta escrita desde prisión, “El Mayo” aseguró que fue víctima de una traición interna, desatando una cadena de eventos que hoy mantiene al Cártel de Sinaloa dividido y en estado de guerra.

Violencia sin control en Sinaloa

Desde la captura de Zambada, la violencia en Sinaloa se ha disparado de forma alarmante. En lo que va de 2025, se han registrado más de 880 homicidios dolosos y más de 1,500 desapariciones, la mayoría vinculadas a enfrentamientos entre las facciones internas del cártel.

El vacío de poder dejó a dos bandos en conflicto directo: “La Mayiza”, encabezada por su hijo Ismael Zambada Sicairos “El Mayito Flaco”, y “Los Chapitos”, liderados por los hijos de “El Chapo”. La disputa por el control de rutas, plazas y lealtades ha llegado a comunidades enteras del norte del país, afectando gravemente a la población civil.

El conflicto también ha tenido repercusiones internacionales, con organizaciones de seguridad alertando sobre el reordenamiento de la estructura criminal mexicana y sus efectos en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.

A un año de los hechos, el Gobierno mexicano aún exige a Estados Unidos una aclaración sobre las condiciones de la detención, pues no existe un proceso judicial formal ni una solicitud de extradición en regla. Autoridades nacionales sostienen que no participaron en la operación, lo que ha generado tensiones diplomáticas entre ambos países.

A la fecha, “El Mayo” Zambada permanece detenido en una prisión de máxima seguridad estadounidense, enfrentando cargos por narcotráfico, lavado de dinero y posesión de armas. Sus abogados buscan negociar un acuerdo con la fiscalía para evitar la cadena perpetua o una posible pena de muerte.

La caída del capo silencioso

Ismael Zambada fue, durante más de tres décadas, una figura enigmática pero poderosa dentro del narcotráfico mexicano. A diferencia de “El Chapo”, evitó la exposición mediática y nunca fue capturado… hasta hace un año. Su estilo discreto y su capacidad para negociar alianzas lo mantuvieron al margen de guerras sangrientas. Sin embargo, su caída representa el fin de una era y el inicio de una nueva etapa marcada por la fragmentación del poder criminal.

Hoy, mientras su fracción intenta sobrevivir a la ofensiva de “Los Chapitos”, la región vive una de sus etapas más violentas en décadas, sin una figura de equilibrio que modere la lucha por el control del cártel.

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