Enfermedades del hígado graso: causas, riesgos y tratamientos

Ambas formas de hígado graso comparten características similares en las pruebas de imagen y laboratorio, por lo que es crucial un buen historial clínico para diferenciarlas.

JLR · Hace 3 horas
Prevenir el hígado graso es posible con un estilo de vida saludable.

El hígado graso, conocido médicamente como esteatosis hepática, es una condición en la que se acumula grasa en las células del hígado.

Esta acumulación puede deberse a múltiples causas, siendo las principales el consumo excesivo de alcohol o factores no relacionados con el alcohol, como la obesidad o la diabetes. Aunque en sus etapas iniciales puede no causar síntomas, si no se trata, puede evolucionar hacia enfermedades hepáticas graves.

El hígado graso alcohólico se desarrolla en personas que consumen alcohol en exceso durante un periodo prolongado. El hígado, al intentar metabolizar grandes cantidades de alcohol, comienza a almacenar grasa. Esta condición puede avanzar hacia la hepatitis alcohólica y, eventualmente, a cirrosis hepática. Los síntomas pueden incluir fatiga, pérdida de apetito, ictericia y dolor en la parte superior derecha del abdomen.

Por otro lado, el hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés) ocurre en personas que beben poco o nada de alcohol. Está estrechamente vinculado a condiciones como la obesidad, el síndrome metabólico, la resistencia a la insulina y niveles altos de colesterol o triglicéridos. Una forma más grave de esta enfermedad es la esteatohepatitis no alcohólica (NASH), que puede causar inflamación hepática y daño celular, aumentando el riesgo de cirrosis y cáncer de hígado.

Ambas formas de hígado graso comparten características similares en las pruebas de imagen y laboratorio, por lo que es crucial un buen historial clínico para diferenciarlas. Los exámenes como ultrasonido, análisis de sangre o biopsia hepática ayudan a determinar la gravedad del daño y a orientar el tratamiento.

El tratamiento varía según la causa. Para el hígado graso alcohólico, la clave es dejar el alcohol completamente, lo cual puede revertir el daño en fases tempranas. En el caso del hígado graso no alcohólico, se recomienda la pérdida de peso, ejercicio regular, una dieta saludable y el control de enfermedades asociadas como la diabetes y la hipertensión.

Prevenir el hígado graso es posible con un estilo de vida saludable. Evitar el consumo excesivo de alcohol, mantener un peso adecuado y realizar actividad física regularmente son las principales herramientas. Detectarlo a tiempo puede evitar complicaciones graves, por lo que es fundamental prestar atención a los factores de riesgo y acudir al médico ante cualquier síntoma sospechoso.

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