Narcocorridos en México: historia, exponentes y polémica por restricciones
Expertos dicen que los narcocorridos reflejan más el entorno de violencia en el que está inmerso el país, siendo este género una forma de expresión de comunidades marcadas por el crimen y desigualdad.
Los narcocorridos han generado un intenso debate social y político en los últimos meses en todo México; mientras algunos estados lo han prohibido, varios artistas del género se han manifestado en contra de esa medida con el argumento de que atenta contra su libertad de expresión.
Este subgénero musical narra historias relacionadas con el narcotráfico y la vida de “figuras” del crimen organizado, motivo por el cual varios estados en México han decidido restringir o prohibir su difusión en eventos públicos.
De “El Pablote” a la actualidad
Los antecedentes del narcocorrido datan de la década de 1930, con canciones como “El Pablote” de José Rosales, que narra la historia del traficante Juan Pablo González, apodado “el rey de la morfina”.
Otros temas emblemáticos incluyen “Por morfina y cocaína” de Manuel Cuéllar Valdez, “Carga blanca” de Los Alegres de Terán y “El Corrido de Arnulfo González” interpretado por Antonio Aguilar.
Este género tomó fuerza a partir de los años 70 y 80, cuando grupos como Los Tigres del Norte comenzaron a popularizar narrativas centradas en el el tráfico de drogas.
Fue a principios del nuevo milenio que este género experimentó un resurgimiento con el llamado Movimiento Alterado, encabezado por artistas como El Komander y Los Buitres de Culiacán.
Estos presentaron corridos con letras más explícitas sobre lujo, violencia y narcotráfico, aumentando la polémica en torno a este estilo musical.
Más recientemente, surgieron los corridos tumbados, una fusión del corrido tradicional con ritmos urbanos como el trap y el hip-hop.
Esta nueva corriente fue impulsada por figuras como Natanael Cano, Peso Pluma y Junior H.
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Este subgénero incorpora temas personales, relaciones y elementos más juveniles, pero sin desligarse completamente del entorno delictivo, lo que le ha ganado una gran popularidad entre los jóvenes.
Peso Pluma, por ejemplo, acumula millones de oyentes mensuales en Spotify y está vinculado a narrativas que refuerzan la identidad del narcocorrido en la era digital.
Estados que han prohibido los narcocorridos
Ante la creciente influencia de los narcocorridos y sus subgéneros, al menos diez estados, o sus ciudades, han implementado prohibiciones o restricciones específicas en eventos públicos:
- Michoacán: Decretó desde abril de 2025 la prohibición de narcocorridos en espectáculos masivos.
- Aguascalientes: Reformó al Código Penal para sancionar con multas y prisión por la interpretación de música que haga apología al delito.
- Tijuana, Baja California: Implementaron multas desde noviembre de 2023 contra conciertos en donde se interpreten narcocorridos.
- Estado de México: Aunque no hay una legislación formal, municipios como Texcoco y Metepec han aplicado sanciones.
- Chihuahua, Chihuahua: Desde julio de 2023 prohibieron corridos que promuevan violencia o narcotráfico.
- Cancún, Quintana Roo: Han negado permisos para conciertos que incluyan narcocorridos.
- Nayarit: Decretó en 2025 la prohibición de narcocorridos y corridos tumbados en espacios públicos.
- Jalisco: Se ha presentado una iniciativa legislativa tras eventos en donde se han mostrado imágenes de supuestos de líderes criminales, como es el caso de «Los alegres del barranco» quienes proyectaron una imagen Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
- Querétaro: Se ha llegado a acuerdos para evitar presentaciones con contenido que glorifique el delito.
- Guanajuato: Aunque no es algo formal se han impuesto restricciones para impedir eventos con narcocorridos.
Las sanciones van desde multas que puede superar el millón de pesos, cancelación del evento, hasta penas de prisión, esto ha generado un intenso debate sobre censura y libertad de expresión.
La prohibición de los narcocorridos ha generado intenso debate
Según las autoridades, las restricciones locales responden a preocupaciones sobre la normalización de la violencia y la apología del delito, principalmente la dirigida a los jóvenes.
Cabe señalar que algunos expertos dicen que los narcocorridos reflejan más el entorno de violencia en el que está inmerso el país, siendo este género una forma de expresión de comunidades marcadas por el crimen y desigualdad.
La presidenta Claudia Sheinbaum, ha manifestado que la intención del gobierno no es censurar la música, sino promover contenidos culturales alternativos que no glorifiquen el crimen organizado.
Por su parte, en el congreso se analiza una iniciativa para sancionar la apología del delito en diversos medios, incluyendo la música, con un enfoque preventivo y cultural.
Es importante señalar que mientras persistan condiciones sociales violentas, en donde el narcotráfico pareciera la única forma de salir de la pobreza estas narrativas como lo son los narcocorridos, corridos alterados y tumbados seguirán siendo una expresión musical atractiva y actual para una gran parte de la población.