Solteros o casados: ¿cómo influye el estado civil en el bienestar?
El matrimonio aporta apoyo y estabilidad emocional, pero en países como Japón los solteros mantienen bienestar pese a la presión social y cultural.
Un reciente estudio de la Universidad de Michigan y la Universidad de Gestión de Singapur, que analizó a casi 5,000 adultos en EE. UU. y Japón durante 20 años, reveló diferencias en salud física y satisfacción de vida entre personas casadas y solteras. Según los resultados, quienes están casados reportan mejor salud y mayores niveles de bienestar en comparación con los solteros.
Los investigadores señalan que las personas casadas cuentan con una fuente constante de apoyo emocional, lo que brinda seguridad y estabilidad con impacto positivo en su bienestar.
No obstante, en países como Japón este patrón no se repite de la misma forma: el bienestar emocional de los solteros no parece verse tan afectado pese a la presión social y cultural.
Otros estudios más amplios han vinculado la soltería con un 80 % más de riesgo de presentar síntomas depresivos frente a personas casadas.
Este efecto es más notorio en hombres solteros, quienes muestran mayor vulnerabilidad ante factores como el consumo de tabaco y alcohol.
Una investigación colombiana evaluó a personas solteras (92), en relación (71) y casadas (52) con la escala multidimensional de bienestar. Aunque no hubo diferencias significativas al 95 % de confianza, al ajustar el análisis al 93 % se detectaron ventajas en ciertas dimensiones del bienestar psicológico de los solteros.
Este hallazgo sugiere que el estado civil no determina por sí solo el bienestar; la calidad de las relaciones y factores internos también son clave.
Lo que realmente marca la diferencia
- Calidad relacional: la armonía y apoyo mutuo son más determinantes que el estado civil.
- Redes sociales sólidas: familia, amistades y comunidad ayudan a compensar la falta de pareja.
- Autonomía emocional: independencia y propósito personal fortalecen la salud mental.
- Contexto cultural: cada país y sociedad influyen en cómo se vive la soltería o el matrimonio.
En conclusión, aunque estar casado parece ofrecer ventajas objetivas en salud y bienestar, no es garantía de felicidad. Tanto solteros como casados pueden construir una vida plena siempre que prioricen relaciones sanas, redes de apoyo y un desarrollo personal sólido.